La selección española de balonmano logró la clasificación para los cuartos de final del Mundial de Catar, en los que se enfrentará al ganador del duelo entre Islandia y Dinamarca, al vencer por 28-20 a Túnez en un encuentro en el que dio toda una lección defensiva. Ni la impresionante puesta en escena de los ruidosos aficionados tunecinos, ni los corpachones de los jugadores norteafricanos, ni tan siquiera la responsabilidad de afrontar un duelo sin margen de error alteraron el pulso de una selección que demostró por qué es la actual campeona del mundo.

Una madurez que permitió a España adueñarse desde un primer momento de un encuentro en el ofreció una exhibición defensiva en la primera mitad, con un cada vez más asentado Gonzalo Pérez de Vargas como máximo protagonista. Lo demuestran las ocho paradas, incluido un penalti, con las que el cancerbero toledano cerró una primera parte en la que solo concedió nueve goles (18-9), lo que le permitió jugar con comodidad el segundo acto.