El Real Zaragoza finalizó ayer la primera vuelta de la presente campaña con 24 puntos. Una cifra pírrica, mísera. Una cantidad insuficiente para cualquier tipo de objetivo, incluso para el de lograr la permanencia. La realidad enseña que el conjunto aragonés tiene una dificultad pasmosa para ganar a cualquier equipo de la categoría, algo que se vio reflejado ayer en La Romareda, con un insuficiente empate frente al filial del Barcelona. Natxo González explicó que el punto «es una pena porque hemos sido superiores en la mayoría de las fases del partido».

El juego fue mejor al de otras ocasiones, pero bajo un contexto enfangado por la plomiza lluvia que castigó a los asistentes al feudo zaragozano. «Hemos competido en un estado complicado, con el clima, la lluvia, el campo cada vez más difícil y con un desgaste importante», aseveró el preparador vasco. Los futbolistas tuvieron que lidiar con una atmósfera pesada y un balón que parecía medicinal. La mejora fue palpable, pero insuficiente para lograr el fin de este deporte; la victoria. Mientras las esperanzas se estrellaban en el poste, con un excelente disparo de Pombo y otro de Vinícius, o se marchaban por el desagüe, con dos oportunidades con el portero vencido, el equipo finalizó la contienda sin delantero. Con Oliver Buff como referencia, una lanza sin punta.

«Nos ha faltado acierto de cara a portería, ellos con muy poco nos han hecho un gol», comentó Natxo. Solo el trallazo de Guti pudo revivir a un equipo helado entre el aguacero. Un equipo con pólvora calada en ataque y una defensa que hacía aguas, sobre todo por el flanco derecho. A Abel Ruiz solo le bastó un chispazo de su exquisita calidad para abrir un marcador encriptado por el contexto obtuso de la cita. El joven talento del Barça desafió al barro para desequilibrar a Delmás y batir con comodidad a un Cristian Álvarez que apenas intervino en el juego.

Más allá del resultado / El técnico del Real Zaragoza expresó el regusto amargo que le dejó el empate de ayer frente al filial azulgrana, aunque aseguró que hay que profundizar más allá de lo que el luminoso ofreció al término de la contienda. «Ha habido muchas cosas positivas, parece que aquí solo importa el resultado pero hay que mirar más allá. Guti, Lasure o Delmás han sido dos noticias positivas. Hoy hemos competido con un equipo muy joven. Desde mi posición como entrenador veo que hay cosas positivas que valorar, yo tengo que ir más allá del resultado. Como entrenador me voy contento a casa», espetó el técnico.

La actuación coral quizás fue merecedora de la victoria, pero las palabras vuelven a volar por el cielo lluvioso de La Romareda. El empate deja al Real Zaragoza a solo tres puntos por encima del descenso, en una situación venenosa para un conjunto blanquiazul que se sigue desplomando de forma paulatina en la tabla. Urge una victoria para un equipo estancado en su misión de lograr triunfos, sin capacidad para vencer en su casa. Ayer tampoco se logró, con un empate tóxico.