—Se lesionó en el partido ante el Sevilla en la Champions League. ¿Cómo se encuentra ahora de esa lesión muscular?

—Bien ya. Llevo varios días entrenando con el equipo y este parón por los partidos de las selecciones me viene bien para sumar minutos de entrenamiento. Espero que haya sido solo un pequeño stop en el camino, llevaba dos años y medio sin ni siquiera una molestia de nada, pero son cosas que pasan. Ahora, ya estoy listo y preparado para volver.

—Esta temporada la sensación es que está jugando menos en el Manchester United, pero lleva ya 30 partidos oficiales, 18 de ellos de titular.

—Es que igualar la temporada pasada era difícil. Logramos tres títulos y todos los aficionados del United me dieron el premio al mejor jugador. Eso es complicado de superar. Pero siempre me obligo a mí mismo a estar disponible, a ayudar. He tenido menos minutos, pero no está mal haber jugado 30 partidos hasta ahora. Estoy muy contento con los cuatro años que llevo en el club, con los más de 150 encuentros con el United, algo que no es fácil.

—En el United el año pasado creció mucho de mediocentro defensivo. Si se lo llegan a decir con 18 años que jugaría ahí...

—Era impensable y menos hacerlo en el United, uno de los grandes clubs del mundo. Este año estoy jugando más adelante, pero esa posición me hace mejor como futbolista y me da más opciones para entregarle a un entrenador. Aprendí a suplir no ser un mediocentro fuerte con la inteligencia, con estar bien posicionado, con ser el primero en ir a las recuperaciones. De hecho, estuve entre los cuatro jugadores con más recuperaciones de la temporada pasada en la Premier. Jugar con Pogba que tiene más llegada y es más anárquico por así decirlo también me exigía esa responsabilidad de estar bien posicionado y buscar la recuperación.

—De todos los entrenadores se aprenden cosas nuevas, ¿no?

—Por supuesto. Mourinho es otra experiencia más en mi carrera. Debuté en el Zaragoza con Marcelino, estuve con Javier Aguirre con Aurelio Gay, en Bilbao tuve a Bielsa, que es un aprendizaje total y lo intenté exprimir al máximo y luego a Valverde. Ernesto es el entrenador que más me ha marcado, sobre todo por cómo es fuera, por la normalidad, que en el fútbol actual ya es un valor. Y Valverde además es un gran técnico. En el United tuve a Van Gaal, que es una eminencia del fútbol y del que aprendí mucho, y en la selección a Lopetegui. No me puedo quejar.

—¿Cuál cree que es el aspecto diferencial que tiene Mourinho como entrenador?

—Su carácter ganador. En él es ganar o ganar. Y te convence de eso, que si se puede vencer jugando bien, mejor, y que si no, hay que lograrlo de todas las formas. Y eso al final lo tienen sus equipos. El año pasado, llegó al Manchester United y ganamos tres títulos, uno de ellos europeo (Europa League).

—Esta temporada tienen complicado lograr alguno después de esa eliminación en la Champions League...

—Sí, es cierto. Todavía estamos peleando por la FA Cup, pero el varapalo de la Champions fue muy doloroso. Era una competición donde teníamos la ilusión de llegar lejos, no la obligación de ganarla, pero sí de devolver al United a donde históricamente le pertenece en la máxima competición. Ahora, tenemos más obligación del título de la Copa y en la Liga llevamos puntuación de campeón, pero el City la lleva de supercampeón, ya que está cerca de hacer el récord de puntos.

—Se avecina revolución en el United este verano. ¿Le puede tocar salir a usted?

—Bueno, llevo cuatro años aquí y todos años se avecina revolución en cada verano. No es algo nuevo que se diga eso...

—¿Se ve en Old Trafford en la próxima temporada?

—Claro que sí me veo. Tengo un año más de contrato y mi idea es cumplirlo. En un club de esta magnitud todos los veranos se habla de ti y te colocan en sitios. A mí en este tiempo aquí ya me han situado en unos doce clubs distintos. No me vuelve loco y el fútbol cambia de un día para otro. Lo que se habla ahora en un mes es ya distinto. Por eso siempre mantengo un equilibrio, solo miro en ser mejor cada día y aprender de cada técnico y de cada entrenamiento.

—El tren que ha perdido es el de ir al Mundial con España.

—Es que en esta selección juegan los mejores del mundo quitando a Messi. Hay una competencia en el centro del campo tremenda y tienes que jugar mucho, hacerlo bien y que tu equipo vaya bien. En otros países se pueden permitir el lujo de estar un poco peor y seguir acudiendo a las convocatorias. En España, no. Sé que ahora he perdido esa posición que tenía en la selección, pero no queda otra que trabajar y pelear para volver.

—Tiene 28 años, aún le quedaría otro Mundial en el 2022.

—Claro. Y, si no, la Eurocopa. Y ahora se juega también la Liga de Naciones. Yo lo que quiero es disfrutar en el club que estoy, que ahora es el Manchester United y creo que el año que viene también lo será, e intentar ser mejor para volver a la selección.

—Con la carrera que lleva, con los títulos y lo que ha logrado ya, ¿dónde se pone el techo como jugador?

—No pienso en ello. El tiempo dirá. Mi sueño es ganar los máximos títulos posibles.

—¿Alguno en especial?

—Quiero ser campeón con la selección española y además ser campeón de lo que sea con el Zaragoza. Como zaragocista, para mí sería lo máximo.

—Ha repetido muchas veces su deseo de volver. Está en el United, un grande, y el Zaragoza juega en Segunda. Para muchos esa declaración puede ser una pose.

—No lo es. Lo digo de verdad. Lo siento así. Soy zaragocista y lo diré siempre esté donde esté. Mi ilusión es volver en un Zaragoza normal, que ese yo no lo viví, porque me tocó estar en una etapa negra del club. Quiero jugar en el Real Zaragoza que yo he conocido como aficionado, en el que iba ya a La Romareda cuando solo tenía tres añitos.

—¿Se marca un plazo de tiempo? Decir, por ejemplo, antes de los 32 quiero volver.

—No me pongo un plazo y no se puede decir con exactitud a qué edad, pero sí tengo claro que no voy a volver al Zaragoza estando mal físicamente. No volveré para sufrir jugando. Quiero estar en plenitud y que pueda ayudar. No será un retiro dorado, será para aportar. Eso, por supuesto.

—¿Cómo está viviendo el momento del equipo, las seis victorias seguidas, la reacción?

—Con mucha ilusión. Es una racha tremenda. He tenido la suerte de ver casi todos los partidos del Zaragoza. Es un ejemplo más de que en el fútbol la paciencia es vital cuando ves que las cosas se hacen bien. Y se veía que se estaban haciendo bien desde principio de temporada. La paciencia, el trabajo y el hacer las cosas bien tanto Lalo Arantegui como el club con Natxo y también los jugadores. Así llegan los resultados. Veía partidos en la primera vuelta y no me podía creer que no ganáramos por cómo se jugaba. Me alegro mucho por ellos, también por el entrenador, que desde el primer día me ha dado una impresión fantástica de honestidad, sinceridad y normalidad y, por lo que sé, trabaja muy bien. Estoy muy ilusionado y solo deseo que no acabe esta racha.

—En esa ilusión no ha mencionado a la cantera, de la que usted salió y que es tan importante esta temporada.

—Eso es un orgullo. Yo he jugado tres años en el Athletic, que es lo que es por la gente que compone el equipo, con futbolistas criados allí que hacen que esa afición se sienta más partícipe de los éxitos y que también entienda mucho más cuando las cosas no van bien. El zaragocismo también ha sido más paciente este año por eso, porque ves jugadores como Pombo, Delmás, Zapa, Guti y Lasu y son muy reconocibles, ya que se han criado aquí. Si no les conoce un amigo tuyo, es el dueño de una tienda el que tiene algún vínculo, o es un vecino o un conocido de tu trabajo. Eso hace que el compromiso sea mayor y el sentido de pertenencia, también.

—Muchos clubs salieron de malos momentos con la cantera.

—Claro. El Espanyol de Tamudo, la Real Sociedad que sube a Primera o el Celta actual. Y además cuando eres un jugador que viene de fuera y ves un grupo sólido y fuerte de la cantera que tira del carro, aunque no quieras, te unes. Igual que esos cinco canteranos del Zaragoza no van a permitir que nadie en los malos momentos se baje del carro.

—¿Qué destaca de cada uno?

—Tanto Delmás como Lasure me sorprenden, ya que apenas fallan. Juegan responsables, conocen su posición y son regulares. Y además los centros que sacan me tienen impresionado. Zapa aporta trabajo, recuperación y cada vez está jugando mejor en combinación, haciéndolo ahora además en un rol diferente en el medio. Y a Guti lo veo un poco como el Ander de hoy, el de ahora, el que se ha tenido que reinventar en el Manchester.

—El Ander mediocentro, ¿no?

—Para ser un 10 de un equipo grande en la mediapunta tienes que meter 15 goles y dar otras tantas asistencias. Yo veía que eso era imposible, no lo he hecho nunca. Guti es el que más puedo ver que hace lo que hago yo en el United, que llega a las dos áreas, que tanto ataca como defiende. Y Pombo es el más talentoso, el que tiene uno contra uno. Es diferencial y debe conseguir, aunque ahora lo está haciendo, esa regularidad. Eso a los genios es lo que a veces les pasa.

—¿Cómo se imagina el día del ascenso?

—Visualizar siempre ayuda en una meta, pero soy muy supersticioso. La palabra ascenso intento ni mencionarla porque me da pánico. No quiero que la gente no se ilusione, pero me da miedo que haya exceso de confianza. Este domingo, cada persona que vaya al campo tiene que respetar al Sevilla Atlético, más aún con lo especiales que son los filiales al jugar sin presión. Y lo mismo con la Cultural, respetarla al máximo. Y también al siguiente rival. Y a todos. ¿Cuál ha sido el éxito del Atlético del Cholo? Pensar única y exclusivamente en ganar el partido que toque. Eso es lo que tiene que hacer el Zaragoza, los jugadores y la afición.

—Usted ya vivió un ascenso a Primera en el 2009.

—Sí, yo solo llevaba seis meses en el primer equipo. Recuerdo que prometí que me raparía el pelo. Cuando estaba en el campo y ya íbamos a subir pensaba que a lo mejor se les olvidaba con la celebración, pero a Gabi por ejemplo no se le olvidó y quiso que cumpliera lo prometido. Me tuve que poner una peluca azul porque me daba vergüenza ir tan mal rapado, con zonas con pelo y otras sin nada. Recuerdo el Paseo Independencia lleno de gente, con las sonrisas y la ilusión. De todas formas, este ascenso sería mucho más importante que aquel.

—¿En qué sentido?

—Aquel lo fue también, ojo, pero este, de conseguirlo, sería el definitivo para ver el Zaragoza que todos queremos ver. Ahora el club está dirigido por gente honesta, zaragocista y que quiere hacer las cosas bien.

—Desde la distancia, ¿con quien habla del club?

—Lo hago muchísimo con Zapa, nos escribimos a menudo. El cámara de Aragón TV que sigue al Zaragoza (Nacho Ainaga) es un gran amigo mío y siempre me estoy mensajeando con él. Me pone al día, aunque yo lo vivo así porque me siento zaragocista e intento informarme de todo.