La fractura en el pie derecho que le obligó a pasar por el quirófano en febrero y lo ha tenido más de seis meses de baja, es solo un mal recuerdo ya para Marc Gasol (Barcelona, 29 de enero de 1985), que encara su novena temporada en la NBA, que se abre hoy oficialmente, ilusionado con el nuevo proyecto de los Memphis Grizzlies, según explica en esta entrevista con EL PERIÓDICO y valorado por los mánagers de la Liga como el segundo mejor extranjero y el cuarto mejor pívot de la competición.

—Empieza la temporada. ¿Vamos a poder verle pronto al nivel de antes de la operación? ¿Le han dado algún plazo los médicos?

—No sé cuándo llegará ese momento. Lo importante es no dar pasos atrás y sentirse bien al día siguiente de cada partido. Obviamente los resultados no serán inmediatos. Los médicos consideran que el pie no estará recuperado al 100% hasta que pase un año. Pero ahora mismo no siento dolor y cada día me encuentro mejor. Sé que es una lesión delicada. Pero no me obsesiono. Es una cuestión de paciencia.

—¿Le han diseñado algún plan especial de trabajo?

—Por tema de cargas nos pondremos un límite de minutos en algunos partidos, así que no podré jugar todo lo que quiera. Pero aún tenemos que ver cómo reacciona el pie en la competición y después. Con la tecnología de hoy en día, con cámaras y sensores, es más fácil hacer el seguimiento.

—¿Llegó a temer por su recuperación?

—Ni se me pasó por la cabeza. Pero el proceso ha sido duro. También el golpe moral que supuso no ir a los Juegos. Me afectó más de lo que esperaba. Esos momentos difíciles no han desaparecido porque lo que quieres es competir, pero te notas que te falta ritmo, que no estás en plenitud.

—Habla del golpe moral de Río. Usted estuvo entrenando con la selección e incluso se dio por hecho que acudiría a los Juegos.

—Me faltaron un par de semanas. Si yo tuviera que recomendar a otra persona que hubiera vivido lo que viví, seguramente le diría que no lo hiciera, que tuviera paciencia. Pero cuando te pasa a ti, es un reto que quieres afrontar. Quería estar con mis compañeros. Solo ellos saben la ilusión que tenía y por lo que pasé.

—¿Siguió los partidos de la selección en los Juegos?

—Por supuesto, aunque suelo ponerme muy nervioso y casi siempre tengo que verlos solo. Para mí el bronce fue una victoria muy merecida. Vi el partido por el podio con la familia de Juan Carlos Navarro y fue muy bonito. Todo lo logrado es muy meritorio.

—Una lesión grave como la que ha sufrido, con más de seis meses de baja, ¿le da otra perspectiva de la vida?

—Tengo la suerte de que soy una persona que relativiza bastante y sé que esto no deja de ser un juego y que en la vida hay cosas mucho más importantes. Pero también me tomo muy en serio mi trabajo, porque es la única forma que tengo de entenderlo.

—En momentos así, que todo arranca de nuevo, ¿qué objetivos se marca en la temporada?

—Soy más de mirar el hoy más que el largo plazo. Los que me conocen lo saben. Y lo primero es recuperarme bien del pie. Pero también el objetivo es ganarme el respeto de mis compañeros, de los entrenadores. Soy una persona superambiciosa. No entiendo nada que no sea ganarlo todo.

—Los Grizzlies inician la temporada con David Fizdale, técnico novato. ¿En qué van a cambiar?

—No es solo el entrenador. Vamos a afrontar un cambio de estilo en la franquicia por primera vez en años. Fizdale es un entrenador que tiene las ideas claras, directo, que viene de jugar 3 o 4 finales consecutivas con Miami, que ha entrenado a jugadores de primera línea. Es algo que me motiva.

—Hasta ahora los sistemas giraban a su alrededor, ¿cómo le afectará esta nueva apuesta?

—Voy a tener que adaptarme a un estilo más abierto. Voy a tener que alejarme de la pintura, que ha sido mi modus vivendi estos nueve años en Memphis y salir un poco más por fuera. Es un concepto de espacios, de abrir la zona. Intentaré adaptarme a este juego más rápido. Me han pedido que haga cuatro tiros triples por partidos. Veremos. Eso depende también de tu confianza.

—Empieza la temporada y el pronóstico de los mánagers sitúa a los Warriors como campeones con la llegada de Durant.

—No soy mucho de analizar estas cosas. No se sabe cómo les puede ir a los Warriors. Ha habido muchos super equipos en los últimos tiempos. Recuerdo ahora el de Kobe Bryant, Payton, Karl Malone y Shaquille O’Neal en los Lakers, que no llegó donde todo el mundo pensaba. Tengo cierta relación con Durant y me alegro por él, porque ha hecho lo que quería y se le ve contento. Nosotros tenemos que estar centrados en lo nuestro porque los Grizzlies podemos dar mucha guerra.

—¿Sitúa también entre las alternativas a los Spurs de su hermano Pau?

—Los Spurs son perennes y lo digo desde la admiración. Lo han sido siempre, por esa capacidad de fichar y adaptar jugadores y esa manera de funcionar tan especial. Solo fichan a aquellos que creen que se pueden adaptar. Es obvio que Pau era un jugador que casa de lleno con su filosofía.

—¿Le sorprende el rendimiento de su hermano a los 36 años?

-Pau es una persona superprofesional, que se cuida mucho y no se pone límites. Es importante no ponerse fecha de caducidad. Que siga a ese nivel lo veo normal. He tenido compañeros con carrera espectaculares como Fucka. En mi caso, estoy con la misma determinación e ilusión que cuando tenía 20 años. Sin duda. El baloncesto me gusta mucho.