No puede ser más clara la presentación de la Canfranc-Canfranc, que parte esta medianoche de la localidad altoaragonesa. «Son los 100 kilómetros más largos del mundo». El perfil de la carrera confunde. «Es de infarto. No es un electrocardiograma durante la carrera. Una prueba que acumula casi 9.000 metros de desnivel positivo en apenas 103 kilómetros no puede tener muchos llanos», se explica en la web de la prueba.

Desde la salida es un continuo sube y baja. Comienza ascendiendo el paso de los Sarrios. Después llega la Collarada, el techo de la prueba con sus 2.886 metros, la Pala de Ip, el Vértice de Anayet, el pico de Larraca, y como guinda, el Aspe. Tras el collado de Estiviellas llega la última bajada. Álex Varela, el director técnico de la carrera, piensa que este punto será decisivo en el desenlace del triunfo. «Hasta el kilómetro 90 no se gana la carrera. Hay que llegar con piernas al kilómetro 92,5. En esa bajada se puede decidir todo. Transcurre por un sendero entre bosque de 123 curvas».

Su longitud y sus 8.848 metros de desnivel positivo la convierten en la de mayor desnivel del mundo. Un auténtico Everest. Aunque Varela quiere desmitificar la extrema dureza de la prueba. «No podemos vender que es la más dura. En España la más exigente es la de Los Pastores. Se disputa en los Picos de Europa asturianos y en 40 kilómetros tiene 4.400 metros de desnivel positivo. Aunque si es cierto es que es muy exigente física y psicológicamEnte puesto que se va muchas horas solo y a veces de noche. El 70% de la prueba se va por encima de los 2.000 metros y por crestas entre 2.300 y 2.400 metros». Varela explica la filosofía de la carrera. «Es una prueba para montañeros y no para corredores. Es más fácil que la termine un montañero que un corredor de asfalto». La prueba larga tiene un cupo máximo de 150 corredores. «Aquí no buscamos ganar dinero, sino organizar una prueba bonita, que no este masificada como otras que se organizan a nivel autonómico, nacional e internacional», explica el director técnico.

Para Varela la carrera, que cuenta con 250 voluntarios, tiene tres puntos claves. «Hay que llegar al kilómetro 40 en unas condiciones aceptables. Se pasa por las subidas de Los Sarrios, Collarada y Pala de Ip. El segundo escollo llega cuando hay que hacer de noche el tramo de la Canal Roya tras bajar el Vértice de Anayet. El tercero es el ascenso al Aspe. Está en el kilómetro 82 y es un ascenso largo y complicado».

La carrera nació hace once años cuando todavía no estaban en boga en España las ultra trails. «El primer año la distancia era de 45 kilómetros y participaron 19 corredores. Fue el ayuntamiento de Canfranc quien siempre apostó por la carrera contando siguiendo los consejos de Bernabé Aguirre, que fue el director técnico y quien diseñó el trazado», dice.

El fin de semana será muy completo. Comenzará con el Kilómetro Vertical de Descenso esta tarde desde las 16.00 a las 18.00 horas. Se celebra desde Larraca a la Canal Roya y están apuntados 26 participantes. A las seis de la mañana del sábado comienza la carrera de 70 kilómetros con un desnivel positivo de 5.940 metros a la que se han apuntado 50 corredores. El maratón comienza a las 8.00 de mañana. A los 175 corredores les esperan casi 4.000 metros de desnivel positivo.