Nuevamente ayer golpeó la tragedia en el deporte modesto aragonés con la muerte repentina del entrenador Francisco Royo, de un infarto fulminante después de finalizar el partido. Concretamente sucedió en el choque de fútbol sala de Primera Senior que enfrentaba a los equipos Bar Chema y el Atlético Servet de la competición que organiza la Federación Aragonesa.

El técnico del conjunto local, Francisco Royo, de 54 años de edad, casado y con dos hijos, perdía la vida inmediatamente después de finalizar el encuentro, cayendo desplomado en el cancha de juego, debido a un infarto de miocardio que corroboró el médico de Bomberos que se presentó en el pabellón de Montañana donde se disputaba el encuentro con la UVI móvil y que nada pudo hacer para reanimarlo. Entre los jugadores de su equipo se presenciaron escenas de mucho dolor e impotencia al ser un fallecimiento tan inesperado, y más aún, cuando se había acabado cualquier atisbo de presión tras finalizar el encuentro donde cayó en el suelo

Este entrenador era un amante de este deporte, llevaba vinculado al mismo más de 20 años. Fundador del club donde ejercía como técnico, el Bar Chema, y vecino del barrio de Las Fuentes. Los restos de Francisco Royo se los llevaron al anatómico forense para practicarle la correspondiente autopsia. Fueron muchas las personas que se acercaron al Bar Chema, patrocinador del equipo, a dar las condolencias a los jugadores que estaban en el club sin poder de reacción por el fallecimiento.

Francisco Royo será recordado por ser un fiel servidor del deporte amateur, al que tantas y tantas horas dedican técnicos, directivos y jugadores sin recibir más que el estímulo del trabajo bien hecho. Estas personas sí que merecen un reconocimiento, ya que el deporte amateur les debe mucho porque el trabajo que desarrollan es muy poco valorado en la mayoría de los casos.