Entre los 32 componentes de la selección española que disputan desde mañana los Campeonatos de Europa de atletismo no hay ningún atleta aragonés. Pero compite un saltador con hondas raíces zaragozanas. Es Sergio Solanas, que disputará el triple. El padre del madrileño es el zaragozano Alberto Solanas, olímpico en Moscú en el salto de longitud. Su madre es la legendaria saltadora vertical Isabel Mozún.

A sus 27 años Solanas explotó por fin tras doce años compitiendo en la modalidad. Bronce en los recientes Campeonatos de España bajo techo, realizó la mínima europea in extremis. Fue el miércoles pasado el último día y en el sexto salto. A Solanas la Federación Española le pedía para ir a Praga 16,45 y el madrileño voló hasta 16,50. Billete directo para la Republica Checa donde acompañará a cuatro triplistas. Son Pablo Torrijos, Jorge Gimeno, Cristina Sarrapio y Ryth Ndoumbe. "Hace años el triple estaba más flojo en España. Hemos hecho la mínima cinco y faltan Docavo, que está lesionado, Bellido, Palomares, incluso Cid", dice Sergio Solanas.

Recuerda su mejor salto. "Fue por los pelos e iba con poca confianza. Me molestó un poco el isquio en el primer salto y fui renqueante los demás. Además se me subieron los gemelos en el Nacional". Pero en el último llegó la gesta. "Me encontré bien, lo hice mejor técnicamente y lo enganché en la última oportunidad", recuerda.

Este año Sergio ha dado su gran salto de calidad. "He mejorado físicamente, aunque no ha sido de un año para otro. Pero sobre todo técnicamente salto mejor". Lo entrena Juan Carlos Álvarez en la Blume de Madrid y vive en un piso alquilado en el barrio madrileño de Chamberí con dos compañeros. Trabaja por la mañana nueve horas en la empresa de investigación de mercados (GFK) y por la tarde es el que cierra el módulo del INEF. Se entrena con otros saltadores como Patricia Sarrapio, Ana Peleteiro, Juliet Itoya, Leticia Gil, Petra Mun, Rodrigo de la Oliva y Fran Itoya.

SU OBJETIVO

Su objetivo en Praga es disfrutar. "Es mi primera internacionalidad, quiero coger experiencia y estar en mi marca de 16,50. Con ese registro podría incluso colarme a la final". Las calificaciones son el viernes y la final el sábado. Para Solanas no fue una presión sino más bien un acicate vivir con dos padres campeones. Ellos han sido meros espectadores de los éxitos de Sergio. "Ha sido una actitud positiva mejorar a mi padre. Siempre hemos estado de broma para intentar superar su marca". Con esos mágicos 16,50 batió la plusmarca de su padre. "Tiene 16,24 y se lo batí el otro día. Fue un poco todo, mínima, récord de casa...", dice.

Su padre era la persona más feliz el mundo cuando le dio la noticia Juan Carlos Álvarez. "El récord ya me lo ha quitado. Estoy muy contento de que me superara. ¡Pero todavía mantiene el padre el récord de longitud con ocho metros! Sergio tiene 7,69, pero es más triplista", dice Alberto con ironía.

Su padre alaba las condiciones de esta revelación invernal. "Sergio tiene casi dos metros, un 47 de pie y unas condiciones físicas magníficas para saltar más de lo que salta. Ahora está con confianza y compite mucho mejor", indica. La familia no podrá animar a Sergio en Praga. "Estaban todas las entradas agotadas desde diciembre. El atletismo en Europa no es como en España. Aquí no lo sigue ni Dios", explica.