Monzón, la cuna de los campeones, ya tiene una nueva estrella. Es Pol Oriach, que en los Europeos que se han disputado en la localidad húngara de Gyor se ha proclamado subcampeón continental sub-18 en los 2.000 obstáculos. El atleta del Hinaco Monzón ya estaba en la parrilla de los favoritos puesto que llegaba a la final con el tercer mejor tiempo.

Al final el corredor de la localidad oscense de Albelda cumplió con los pronósticos y terminó con marca personal en un fantástico crono de 5.46.81. Corrió fuera de concurso el galo Baptiste Guyon, que voló sobre el tartán con una marca estratosférica de 5.43.92. Ayer también logró su segundo oro tras el récord mundial de combinadas María Vicente en triple (13,95).

De casta le viene al galgo puesto que los obstáculos es una prueba que ha dado grandes triunfos a Monzón. Su padre, Carlos Oriach, es uno de los atletas más destacados de la modalidad en el club mediocinqueño y Eliseo Martín es el mejor atleta aragonés de la historia tras la medalla de bronce en los Mundiales de París en el 2003.

Pol estuvo bien acompañado en Hungría y no podía estar más arropado. Viajaron sus padres y sus dos hermanos, junto a Fernando García, su entrenador, pareja inseparable de Eliseo Martín. También brillaron otros cuatro atletas del Monzón, Pablo Delgado, Mario Revenga, Juan Díaz y Laura Pintiel.

Cuando terminó la carrera de Pol Oriach, se desataron las emociones. Su padre le entregó una bandera de España y el fondista dio una vuelta de honor. Era el final de una carrera muy trabajada y corrida con una gran inteligencia táctica. Desde el inicio Pol fue entre los puestos de cabeza junto a Guyon y el portugués Barros. El oscense corrió evitando los choques y los codazos e incluso se colocó en la calle 2 para evitar males mayores.

Fue a mil metros cuando el galo se fue. Oriach compitió con frialdad puesto que si se hubiera ido con el francés habría explotado. Su última vuelta fue portentosa. Tiró con fuerza, mientras miraba con el rabillo del ojo a sus rivales. Le inquietaron el belga Vandermessen y Barros. Pero le quedaba un cambio. Dio un latigazo en la última ría. Cuando Vandermessen se cayó en el último obstáculo Pol tenía la plata en el bolsillo.

«Esta plata me sabe a oro. Le dedico la medalla a Fernando García, mi entrenador, y a toda mi familia. Me he despistado al principio y se ha ido el francés. Pero era preferible no gastar. Ha sido una carrera táctica y al final se ha corrido mucho», afirmaba exultante el atleta del Hinaco Monzón.