«Disfrutad del paseo», decía un aficionado zaragocista a sus dos acompañantes de camino a los autobuses de la Federación de Peñas tras salir de El Sadar. Las sonrisas en ellos y en los 500 zaragocistas que estuvieron eran de una felicidad inmensa y había que saborear el momento, tras dejarse la garganta en una victoria celebrada por todo lo alto. Como en Soria, los aficionados pidieron que sus héroes volvieran a salir. Y estos salieron para dar las gracias y para demostrar la tremenda conexión de este binomio perfecto entre el equipo y su gente.

No es agradable ir a Pamplona, aunque ayer el nivel de insultos hacia Zaragoza y Aragón fue menor que otros días y casi exclusivamente focalizado en los Indar Gorri. Los autobuses fletados tuvieron que llegar a El Sadar 20 minutos antes del partido, entrar con una fuerte presencia policial, con no pocas inspecciones, y esperar, tras el final del partido, más de media hora para irse. Eso sí, durante ese tiempo, tras consumar la victoria, el jolgorio y la celebración fueron imparables.

Ya se escuchó alto y claro el himno en el tramo final del encuentro y cuando los jugadores fueron a saludar tras la victoria, pero después se oyeron el Sí se puede, el Volveremos a Primera, el Que sí joder, que vamos a ascender... Todo un repertorio que aumentó hasta su máxima expresión cuando los futbolistas volvieron a salir al césped. El zaragocismo cree porque el equipo, con una racha formidable, le ha dado razones para creer.

Y los 500 valientes que fueron a El Sadar trataron de hacerse oír en un estadio que no estuvo lejos del lleno, con 14.967 espectadores. Sin embargo, El Sadar, con la dirección de los Indar Gorri, que llevan la voz cantante, se hizo notar. En la mayoría del tiempo, con ánimos a Osasuna, aunque en la segunda parte y, sobre todo después de los goles de Borja Iglesias, sí se escucharon desde esa zona de los radicales cánticos contra Zaragoza y Aragón. Eso sí, sin ser apenas secundados por el resto del público, algo que hace algunos años no se podía decir de manera tan tajante. También desde la afición zaragocista se escuchó algún mínimo cántico salido de tono, enseguida acallado por el resto de los seguidores del conjunto aragonés.

Al final, llegó la alegría por un triunfo que permite soñar con el deseado retorno a Primera y que además tiene el sabor especial de lograrlo en Pamplona. Una tarde, sin duda, redonda.