El Tecnyconta Zaragoza se lavó la cara y ofreció una mejor imagen, buenas sensaciones por momentos, con una buena actitud, con intensidad defensiva y una voluntariosa fe durante muchos minutos. Aún así, nada de eso fue suficiente. El Valencia ganó por calidad, por cantidad, por lógica, por merecimiento (74-97), un partido que controló en casi todo momento. Así, las cosas siguen complicándose un poco más para el equipo aragonés, que solo ha ganado uno de sus últimos ocho encuentros, a falta de ver qué sucede hoy en los dos duelos directos de los otros cuatro implicados. El problema es que la salvación del Tecnyconta no puede depender solo de ganar los duelos directos ni tampco fiarse a ningún milagro. Y en ese delicado filo anda.

Frente al Valencia se vio un equipo algo más reconocible por más comprometido, con una actitud irreprochable en muchos momentos. Nada que ver con lo sucedido hace unos días en Madrid, aunque no era difícil mejorar aquello. Sin embargo, le faltaron puntos durante muchos minutos y eso le condenó a ir siempre a remolque de un Valencia Basket que movió mucho más y mejor el balón y que terminó con un 52% de acierto desde la línea de tres. El Tecnyconta solo firmó un 20% (el Valencia metió 11 triples más) y su mejor anotador, Gary Neal, se fue con 0 puntos al descanso. Anotó 20 en los 18 minutos que jugó en la segunda mitad.

Durante la primera mitad el marcador no hizo justicia a los méritos del equipo aragonés, que puso más agresividad, más manos en defensa, que cargó mejor el rebote, incluso el ofensivo, que intentó incomodar al Valencia. Pero el Tecnyconta solo fue capaz de anotar 30 puntos hasta el descanso, un déficit ofensivo que hubiera requerido un esfuerzo defensivo difícilmente alcanzable. El equipo aragonés se fue al descanso con 1/11 en triples. Xavi Rey tuvo buenos minutos intentando marcar territorio en la pintura, con puntos y rebotes. Demostró conocer el oficio.

El tercer cuarto sirvió para ver al mejor Tecnyconta de la tarde. Subió un poco más su intensidad defensiva y aparecieron, al fin, los puntos. Entraron los triples, De Jong tuvo sus minutos de lucidez, Neal empezó a ver el aro rival y el equipo quiso creer. Tuvo fe. Se acercó a cinco puntos (59-64) ya hacia el final del cuarto y hasta ahí pudo llegar. Ahí se le acabaron el acierto y la batería. Empezó el último parcial fallando los primeros ataques y el Valencia no perdonó para estirar la venta a 17 puntos en tres minutos (63-80). Fue bonito mientras duró.

En los últimos minutos se vio a un Tecnyconta ya cansado, sin más recursos. Se le notó sobre todo en defensa ante un Valencia que cuenta con 11 jugadores de primer nivel y que pudo incluso dar minutos al joven Hilnasson al final. La diferencia principal estuvo en el acierto de tres de ambos equipos. La puntería visitante no solo fue producto de la calidad, sino también y sobre todo del mejor juego buscando y encontrando siempre al jugador liberado. Al final el Tecnyconta fue bajando los brazos, apagándose poco a poco conforme el partido se le escapaba definitivamente y la ventaja llegaba a su máximo con la bocina final, 23 puntos. El equipo aragonés volvió a encajar demasiados (97) y a marcharse de vacío. Solo con la fe no es suficiente.