—En verano parecía que podía abandonar el Oviedo, pero al final decidió quedarse.

—Yo tenía claro que quería seguir, pero es verdad que hubo posibilidades para irme a otro equipo. Lo que sucede es que tampoco les hice más caso de la cuenta, porque tenía contrato con el Oviedo y quería continuar aquí.

—Y le ha ido bien, porque hasta ahora lo ha jugado todo.

—La verdad es que la temporada está siendo bastante buena y estoy contento de cómo me van las cosas individualmente y del rendimiento del equipo, pero creo que todavía puedo dar más. Nunca hay límite para eso.

—En verano, Fernando Hierro, tras llegar como entrenador, insistió mucho en que se quedara.

—Desde que llegó Hierro me mostró su cariño y sus ganas de que trabajara con él. Eso fue un aliciente más para evadirme de todo y centrarme en el Oviedo, que era donde yo quería estar. Mi idea era que se suavizara todo lo que había sucedido la temporada pasada, ganar confianza con el nuevo técnico y sobre todo darle a la gente lo que esperaban de mí.

—En cambio, la temporada pasada no era titular y tuvo bastantes problemas para jugar.

—La temporada pasada fue dura en el plano personal y tuve una lesión bastante grave que me impidió entrenarme durante dos meses. A raíz de ahí se dijeron muchas cosas sobre mí y la verdad es que no tengo ganas de hablar de la temporada pasada. Todo eso está olvidado. Ahora estamos en otra campaña y estoy con mucha ilusión.

—El Oviedo ocupa ahora el quinto puesto. ¿Es donde le corresponde por lo que ha hecho?

--Estamos donde merecemos estar, ni más ni menos. Hemos sido un equipo regular en casa, donde estamos fuertes, y la verdad es que fuera lo hemos pasado mal en las dos últimas salidas. Nos han marcado muchos goles y queremos cambiar ya esta dinámica en Zaragoza.

—Y es que en las dos últimas salidas han resultado goleados en Huesca (4-0) y en Alcorcón (5-1).

—Hicimos dos partidos desastrosos, porque veníamos en una línea regular, encajando pocos goles, y eso nos estaba haciendo crecer. Ahora debemos recuperar un buen nivel y tratar de que esta semana sea diferente.

—La temporada pasada no vino con el Oviedo a La Romareda por estar lesionado. ¿Qué recibimiento esperar tener este curso?

—Fue cuando tuve un traumatismo craneoencefálico y no pude viajar. Yo espero que la gente me reciba bien, porque el tiempo que estuve en Zaragoza intenté darlo todo por el equipo y tengo muchas cosas que agradecerle a la afición zaragocista. Espero que me reciban bien y que tenga muestras de cariño.

—Aparentemente se tuvo que marchar del Zaragoza porque su ficha era muy alta.

—Eso fue lo que me dijeron desde el club. Del rendimiento nunca me habían dicho nada, porque jugué casi todo y a un buen nivel, y conseguimos llegar a la final del playoff. Entonces me comentaron que tenía la ficha bastante alta y que el club no podía asumirla. Por eso hubo que tomar una decisión y llegamos a un acuerdo para que me fuera.

—¿Qué Oviedo espera que se vea en La Romareda?

—Nosotros intentaremos hacer nuestro fútbol desde el primer momento. En La Romareda queremos recuperar la seguridad y desde la base de no encajar gol sorprender al Zaragoza.

—Se va del Zaragoza a otro club que también aspira a luchar por el ascenso. ¿Pero dónde hay más presión por lograr ese objetivo?

—Se trata de dos clubs históricos y que merecen estar en Primera División. En este tipo de clubs a los jugadores se les exigen grandes cosas y no sabría decir si eso puede o no denominarse presión. Jugar en Oviedo es algo fantástico, igual que en Zaragoza, porque si te aprieta la gente es porque saben del potencial del club y donde tiene que estar.

—¿Cómo valora la trayectoria del Real Zaragoza hasta ahora?

—Lo sigo y, aunque ya me quedan pocos compañeros, es un club al que le tengo mucho cariño. Tuvo un buen comienzo y en las primeras jornadas empezó lanzado, siendo un equipo que sabía a qué jugaba, pero últimamente le está costando un poco más. Lo que sucede es que la Segunda División es una categoría muy igualada y cualquier equipo te puede ganar. Ahora le está costando un poco más que al principio.

—Ya habrá observado que en casa es fuerte y que fuera baja mucho su rendimiento.

—Sí, pero como viene siendo habitual en la categoría. En casa casi todos los equipos son bastante fuertes. La Romareda es un campo complicado, pero nosotros vamos con toda la intención del mundo a por los tres puntos.

—Decía antes que el objetivo del Oviedo es revertir la situación de los dos últimos desplazamientos, donde cayeron goleados, pero La Romareda no parece el mejor escenario para ello.

—Personalmente creo que es un buen escenario para acabar con nuestra mala racha fuera. Los grandes equipos cuando se enfrentan a otro rival grande parece que salen con una marcha más, aunque no debería ser así, porque todos los equipos son importantes y te pueden ganar. La Romareda es un escenario especial para nosotros.

—¿Hay algún jugador del Real Zaragoza que le preocupe especialmente?

—Preocuparme no, pero lo cierto es que tiene muy buenos jugadores y que habrá que estar muy atentos a todos ellos. Lo más importante es no dejarles que saquen sus virtudes.

—¿A quién ve ahora mismo con más opciones de estar luchando al final de temporada por el ascenso, al Zaragoza o al Oviedo?

—Yo no soy de mirar más allá del próximo partido. Ya se ha visto en las últimas temporadas que no puedes hacer cuentas, porque ganas dos partidos y te metes arriba y pierdes dos y te vas para abajo. Esto es muy largo y en el futuro estarán arriba los que sean más regulares.