No es fácil, desde luego, pero les pediré que se imaginen una parrilla de salida de 44 pilotos, el doble de MotoGP. Imagínense una lista de 44 jabatos, entre 14 y 18 años, procedentes de todos los rincones del mundo. Sí, sí, representantes del planeta entero: 12 españoles, 10 italianos (evidentemente, las cunas del motociclismo mundial), tres británicos, tres alemanes, dos japoneses, dos tailandeses, dos turcos (los hermanos Can y Denis Öncü, que, dicen, van a ser ¡la bomba!), dos holandeses, dos malayos, un brasileño, un austriaco, un checo, un indonesio, y belga y un danés. Parece un chiste pero, no, es la parrilla de salida del Mundial Júnior de Moto3, la incubadora del motociclismo planetario.

De vez en cuando, para que los niños, jóvenes, se entusiasmen con lo suyo y sepan que el mundillo de las dos ruedas está pendientes de ellos, se los llevan de excursión al exterior, con los mayores, formando parte del programa de gran premio, a lo grande. Como este fin de semana que, nada más y nada menos, han corrido en el circuito francés de Le Mans. Ha sido, créanme, una carrera de película. Insisto, 44 jabatos retorciendo sus puños derechos, los del gas, al unísono y, claro, al llegar a la primera curva, ha ocurrido de todo. Hasta una caída de cinco.

Los dos primeros de la carrera de hoy son dos de los que mandan, dos chavales que, pese a que están en esto, según reconocieron a El Periódico de Catalunya al bajar del podio, “porque nos lo pasamos en grande, porque nos divertimos mucho, porque nos gusta correr y entrenarnos, porque queremos disfrutar de esto”, no les desagradaría acabar siendo, algún día, algún año, algo parecido a Marc Márquez, Maverick Viñales, Valentino Rossi o Johann Zarco, que también les gusta mucho.

Todos los pilotos tienen hambre

La carrera ha tenido un grupito de ocho pilotos en cabeza. Las dos figuras españolas del momento, el madrileño Raúl Fernández (KTM, del Ángel Nieto Team de Jorge Martínez ‘Aspar’), líder del Mundial Júnior, y el catalán Aleix Viu (Honda, del Marinelli Sniper Team italiano), que ha ganado en solitario. Viu, que tenía mejor ritmo que los demás, se ha escapado, al final, de todos, empezando por Fernández y siguiendo por el tailandés Somkiat Chantra, que por poco vuela por los aires en una curva, los italianos Riccardo Rossi (¡tenía que haber un Rossi, cómo no!), Manuel Pagliani, que ha quedado tercero pero ha sido sancionado con tres segundos, el español Vicente Pérez y los japoneses Ai Ogura y Yuki Kunii.

Fernández y Viu, que ayer ya había conseguido la ‘pole position’, tienen 17 años y aman las motos con desesperación. Pero una desesperación juguetona, divertida. De momento, no construyen castillos de arena, inmensos, palacios, en sus cabezas. “¡Que va, que va! Cuando empiezas a los 11 años como hemos empezado nosotros, eres un renacuajo y no puedes soñar a lo grande. Estas aquí, en las motos, para pasártelo bien y porque tus padres, mira, te ayudan, lo ven bien y entre todos avanzamos, sin pretensión alguna. Pensar que puedes vivir de esto no tiene sentido. De momento”, cuenta, ya lo ven, con enorme desparpajo Raúl Fernández, que, al bajar del podio, ha seguido dando las gracias a ‘Aspar’ “por ayudarme a cumplir mi sueño” y a mis padres “que están ahí, en las buenas y en las malas”.

Viu es, más o menos, de esa idea, aunque no le desagradaría, desde luego que, a medida que avanzan los años (“ya no somos tan niños ¿no?, tenemos 17 años”), puedan ir ganando experiencia y quién sabe si, al final, coronar su ilusión en el Mundial. “Yo, la verdad, si por mi madre Elisenda fuera, no correría en motos, haría otro deporte”, cuenta Viu. Y Fernández, a su lado, salta de inmediato y dice “pues, venga, venga, pásate al tenis”, sabedor de que el catalán, que hoy le ha derrotado, es un hueso muy difícil de roer. “Pero, bueno, ahora mamá ya lo ve bien y yo soy feliz. Tanto Raúl como yo, como el resto de chicos que estamos en este Mundial Júnior, sabemos que lo primero debemos hacer es seguir estudiando, no podemos aparcar los libros de ninguna manera”. Aleix, eso sí, lo tiene clarísimo: "Poca gente se jugaría la vida, solo por dinero, el motociclismo te tiene que gustar, que apasionar".

Fernández dice que él tiene un estilo muy parecido al de Viñales. “Bueno, es una mezcla entre Viñales y Zarco, creo”, cuenta, sin morderse la lengua. “A mí, me gustaba Rossi, bueno, me sigue encantando, pero ahora me decanto más por Márquez y también por Viñales, sí”. Raúl asoma la cabeza sobre el hombro derecho de Aleix y sigue en su línea atrevida: “De mí dicen que hasta hablo como Maverick”. Ya les digo.

Siendo una parrilla de 44 jabatos es evidente que no pueden conocerlos a todos. “Somos muchos porque, como puede suponer, todos vamos con nuestros equipos y, además, con nuestras familias y, en todos los circuitos donde corremos, se monta una buena, sí”, señala Fernández, que valora el segundo puesto de hoy, tras Viu, “como una gran conquista pues, el año pasado, me rompí la mano aquí, en Le Mans, y le tengo un poco de manía a este circuito. Así que esta medalla de plata y mantenerme líder del campeonato me alegra mucho, mucho”.

Clasificación del Mundial Júnior

“Yo no pensaba ganar con casi dos segundos de ventaja, la verdad, pues el grupito que hemos formado delante era muy bueno y peligroso”, señala Viu. “Estaba convencido de que cuando apretase, pues tenía algo más de ritmo, tanto Raúl como el japonés Ogura, que al final ha sido tercero, me iban a seguir. Pero, de pronto, me he visto solo y he pensado ‘venga, venga, no pares, que igual ganas’. Y así ha sido, ¡fantástico!, pues ha sido mi primera victoria”.

El Mundial Júnior de Moto3, insisto, la auténtica cantera de MotoGP, un campeonato creado para que todos los países que sienten pasión por las motos tengan la oportunidad de promover a sus chicos, consta de 12 carreras en ocho circuitos, de las que se llevan ya cuatro pruebas. La clasificación está liderada por Raúl Fernández, con 78 puntos, seguido de Manuel Pagliani (Italia, 58), Aleix Viu (49), Yuki Kunii (Japón, 48) y Somkiat Chantra (Tailandia, 41).