Fernando Gaviria va camino de todos los récords en el Giro y ya es sin duda la gran referencia de la prueba en las llegadas masivas. Este jueves el corredor colombiano recompensó el trabajo de su equipo, el Quick Step, en una etapa que estaba llamada, precisamente, a los esprints, a las 'volatas' como les gusta denominar a los italianos. Ningún cambio en una general que está liderada por Tom Dumoulin desde la contrarreloj del martes.

El Giro aguarda impaciente la llegada del sábado a Oropa, un monasterio que ciclísticamente hablando recuerda el sufrimiento deMiguel Induráin, camino de su segunda victoria en Milán, y la gesta de Marco Pantani, en un Giro que fue y no fue para 'El Pirata' y que significó el principio del fin, de la destrucción de un magnífico escalador.

A Oropa llegará Dumoulin convertido en un Induráin del siglo XXI, decidido a que no le coma terreno Nairo Quintana, que sigue siendo el máximo favorito al triunfo final. La hora de la verdad comenzó en la 'crono' del lunes. Todo por decidir. Todo por luchar. Y todavía la mayor parte de la montaña en el horizonte de la carrera.