Si había dos circuitos en 2017 para presenciar un doblete de Ferrari eran Mónaco y Hungría, los más lentos, los más sinuosos, donde el largo chasis de Mercedes sufre. Lewis Hamilton venía de pasearse sobre el rapidísimo Silverstone, pero en el caluroso y ratonero Hungaroring no pasó de la cuarta plaza. Por eso Sebastian Vettel se va de vacaciones con 14 puntos de ventaja al frente del Mundial, aunque sabiendo, que en la segunda mitad de temporada solo habrá un circuito tan favorable: Singapur.

«Felices vacaciones», deseó también Fernando Alonso sobre un mural que la F-1 pintó para él en la calle de boxes. Se fue con una sexta plaza y la vuelta rápida en carrera, pero sin saber, probablemente, dónde conducirá la próxima temporada.

De todas formas, ver al asturiano de pie, casi firme, mirando al podio, mientras sonaba el himno de Italia... Dicen en Sky Sports Italia que Ferrari ya tiene confirma su alineación para el 2018 y que «se anunciará en el GP de Italia». Será el segundo fin de semana de septiembre y hasta entonces nada oficial se sabrá sobre el futuro del asturiano, que se llevó una sorpresa más que agradable con su vuelta rápida. «Hay tres o cuatro fines de semana en los que sabemos que podemos ser más competitivos, y en esos circuitos no hay que fallar. Es lo que hemos hecho; sin ningún error, sin ningún problema mecánico, con algunos puntos y con la sorpresa de la vuelta rápida».

Alonso logró esa vuelta rápida -no la conseguía desde el 2013 con Ferrari- después de una tórrida batalla con Carlos Sainz durante la primera parte de la carrera, incluida una maniobra al límite en los primeros giros cuando Sainz le dejó sin espacio en la primera curva. «No tenía más pista por donde ir, él se fue abriendo hasta que no dejó espacio. Los comisarios determinaron que era una acción legal, así que tuve que adelantarlo en pista en las dos o tres vueltas después del pit stop», explicó Alonso.

Un puesto por detrás cruzó la meta Carlos Sainz tras un gran fin de semana. «Buena clasificación, gran salida al ponerme por delante de los McLaren...», explicó Sainz, que puso todo de su parte para «aguantar a Fernando todo lo que pude porque hoy creo que el ritmo que tenía Fernando era más parecido a los de cabeza. Llevaba dos carreras malas por problemas ajenos y cuando la carrera está bajo control sale todo perfecto», desveló el madrileño.

El duelo de los dos españoles fue lo mejor del gran premio, porque la batalla de los Red Bull duró tres curvas, las que necesitó Max Verstappen para embestir a Daniel Ricciardo. El australiano tuvo que abandonar, y el holandés fue castigado con 10 segundos que alteraron una quinta plaza que no hubiera podido ni mejorar ni empeorar.

Por delante, la carrera fue un tostón, y eso que el volante de Vettel sobregiraba a la izquierda, lo que impedía al alemán dar el máximo. «Ha sido una carrera muy difícil. No podía acercarme a los pianos, y no le he hecho ningún favor a Kimi que podía ir más rápido». Pero Kimi, que aguarda por su renovación en Ferrari, no le atacó. Simplemente le cubrió la espalda frente a los Mercedes, primero ante Bottas, que ni siquiera llegó a encimarle, y después frente a Hamilton.

«La radio no funcionaba y cuando lo hizo había mucha frustración y muchas cosas que decir», explicó Hamilton. Lo primero que pidió a su ingeniero fue que Bottas le dejara pasar con la condición de que si no podía adelantar a Raikkonen le devolvería la posición. Y así ocurrió. Hamilton se va de vacaciones «un poco frustrado», pero sabiendo que aún restan «ocho carreras y todo puede pasar». Quizá Vettel piense en la maldición de Hungaroring: el ganador de los 12 últimos años del GP de Hungría no logró el título.