No se recuerda un Mundial de F-1 en el que tres pilotos monopolizaran los tres primeros podios de un campeonato. Solo el Ferrari de Sebastian Vettel inquieta a la pareja de Mercedes, una situación que se asemeja mucho a las batallas de Fernando Alonso frente a los Red Bull durante un lustro. Lewis Hamilton y Nico Rosberg ya no ganan con cualquier estrategia, o a pesar de los problemas, como el año pasado. Ahora, Vettel está al acecho con un Ferrari que va mejor cuanto más calor hay.

Y en Bahréin aprieta el sol, aunque la clasificación y la carrera comenzarán en el ocaso (17.00 horas en España) con una caída de hasta 10 grados entre el inicio y el final. Pero la forma en la que Ferrari mima sus gomas preocupa en Mercedes. Por eso, ayer Hamilton y Rosberg completaron simulaciones de carrera ya desde la primera manga del libre. Mercedes necesitan información sobre degradación porque temen a los coches rojos. Ferrari se ve a las puertas de luchar por el Mundial y ha redoblado recursos para evolucionar el motor, que sufrirá dos grandes mejoras, en Canadá (dentro de tres carreras) e Italia, el fin del tour europeo. "Si necesitamos órdenes de equipo, las utilizaremos", avanza Toto Wolff, el jefe de Mercedes, sabedor de que este año no será tan fácil. Los españoles, mientras, tienen motivos para la esperanza. Carlos Sainz estuvo entre los 10 primeros, con Fernando Alonso muy cerca, en lo que parece ser una sensible mejoría del McLaren.

Además, el rey Juan Carlos acudió al circuito de Sakhir para animar a los pilotos españoles y dijo sobre Alonso que "el pobre está sufriendo con el coche, pero ya irá a mejor". El monarca quiso desear suerte a Alonso, Sainz (Toro Rosso), Merhi (Manor), así como a Carmen Jordá, piloto probadora de la escudería Lotus. "Espero que les vaya bien, les deseo toda la suerte", declaró.