A la sombra del tresmiles como el Aneto, la Maladeta, el Alba o el Perdiguero, entre bosques de pinos y abetos por los que transcurre el Ésera. Es a 1.750 metros de altura donde se encuentra el Hospital de Benasque. Es aquí donde está el gran filón del esquí de fondo regional junto a la estación de Somport. Es en este circuito donde se formó Martí Vigo, el nuevo deportista olímpico aragonés.

El Hospital nació con la intención de acoger, atender y asistir a los peregrinos, comerciantes y viajeros que hace seis siglos cruzaban las altas cumbres pirenaicas. Sus primeros propietarios y los encargados de su construcción y su asistencia a los viajeros fueron los Templarios y Caballeros de San Juan de Jerusalén. Su espíritu de acogida sigue vivo. Por eso, seis siglos después de su creación, sigue apostando por su ambiente familiar y relajado. Ahora cuenta con un albergue, un hotel y un refugio. Durante el invierno es un núcleo importante de los deportes, con el esquí de fondo, la escalada en hielo, las travesías y las rutas de raquetas.

El circuito de esquí de fondo de los Llanos de los Hospital es de los mejores en España por la calidad de la nieve y por su belleza paisajística. Cuenta con tres circuitos balizados entre los 1.750 metros y los 1.940 metros. El del Plan del Hospital tiene 2, 5 y 7 kilómetros, el de Plan d’Están, 18 kilómetros y el de Plan de Besurta, 5 kilómetros.

Es en este edificio restaurado donde se ubica la Agrupación Deportiva Hospital de Benasque. Este club cuenta con unos 450 socios de los que la mitad tiene ficha para practicar esquí de fondo y la otra tiene licencia por la Federación Española de Montañismo.

Guillem Sancho es el entrenador oficial de los chavales que practican esquí de fondo. «En la cantera contaremos con unos 40 jóvenes. Tenemos una docena de deportistas que se dedican a la competición y otros cuatro que están integrados en el Centro de Tecnificación de la Federación Aragonesa. Estos son Hugo Ramón, Nil Tosas, Jessica Mur y Pablo Supervía», explica Sancho, que no es montañés. «Provengo de la localidad tarraconense de Alcanar. Quería vivir en el Pirineo y primero estuve como entrenador en Cerdaña y después en Andorra. Hasta que me vine a Benasque», indica.

Los chavales de los Llanos del Hospital se desplazan para realizar competiciones por toda Europa. «Participamos en la Copa de España y hacemos dos o tres salidas fuera como la Topolino y una o dos carrera FIS». La instalación aporta mucha ayuda a los deportistas que compiten cotidianamente. «Colaboran con nosotros a nivel de facilitarnos los entrenamientos, nos ceden las instalaciones, nos ofrecen material...», indica Guillem Sancho.

Para el catalán, lo bueno de este circuito es que «tiene mucho ambiente de montaña. Es un recorrido alpino rodeado de picos de más de 3.000 metros con bosques. Es de las estaciones de esquí nórdico que más me gusta del Pirineo junto a las catalanas de la Cerdaña y las francesas de Capcir y Font Romeu. El recorrido más duro es el de La Besurta, pero más por el ambiente que tiene», explica.

Los fines de semana se llena de practicantes de esquí de fondo de todos los niveles, desde principiantes hasta deportistas experimentados. «Pero entre semana se entrena muy bien al principio de la jornada y sin apenas gente». El otro gran foco de atención en el valle es la estación alpina de Cerler. «El esquí nórdico requiere más esfuerzo aeróbico. Pero en las dos estaciones se entrena. Y siempre hay un doble componente de deporte lúdico y de esfuerzo y sacrificio», concluye.