Carmen Félix es una de las atletas aragonesas más populares. La fondista nacida en Albalate del Arzobispo hace 38 años ha corrido cientos de crosses, pruebas de asfalto y de pista. Pero en el 2009 quiso conocer algo nuevo y preparó su primer maratón. Comenzaba su camino iniciático en la prueba más dura.

La pequeña atleta del Simply Scorpio eligió una carrera de su tierra, el Maratón Internacional de Zaragoza. Esa prueba la ganó su gran amiga Luisa Larraga. Carmen tenía otras aspiraciones. Quería bajar de las tres horas y sobre todo acabar sus primeros 42.195 metros. No pudo cumplir con su primer objetivo, pero se quedó muy satisfecha de su primera experiencia en el maratón. Toda esta gran aventura la ha plasmado en el libro titulado 42 latidos. Se presentó el pasado sábado en el Ayuntamiento de Albalate del Arzobispo y esta tarde a las 18.00 horas en el Instituto Jerónimo Zurita de Zaragoza.

El estilo

El libro es un mezcla de vivencias, deporte y filosofía sobre la vida con pequeñas historias sobre el atletismo. El relato va creciendo desde su primer capítulo, a cada uno de los cuales llama latidos, hasta el intenso latido final en el que explica su primera competición. "Igual que cualquier actividad, el libro ha crecido en intensidad. Al principio es más descriptivo y al final interiorizo más lo que digo". Félix se despide de sus lectores con unas palabras de Mahatma Ghandi. "Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa", afirma Félix.

Félix comenzó la carrera con todas las ilusiones del mundo. Pero en el kilómetro cinco tuvo problemas físicos. "Del kilómetro cinco al diez me paré cuatro veces. A partir del diez me empecé a recuperar. Desde entonces fue una lucha constante con mi cabeza. Pensé en retirarme, pero Juanma Rodríguez, que me hacía de liebre hasta mitad de la carrera, me ayudó muchísimo", reconoce Félix.

La turolense echó mano de su capacidad agonística y su instinto de supervivivencia y fue a más en la carrera. "Paso el kilómetro 31, 32, 33 y el muro no aparece. Estoy realmente disfrutando de la experiencia", explica en el libro. También cita a Gustavo Adolfo Bécquer. "Sigo batallando con mi cabeza y mi corazón, y en este caso no precisamente por amor, sino por cumplir una gran ilusión", explica en el capítulo final.

Era su primer libro, pero a Félix no le entró el vértigo de enfrentarse a un folio en blanco. "Escribí con total fluidez y no me costó ningún esfuerzo". Lo que sí tenía muy claro es que dedicaría el libro editado por Seleer a Andrés Moreno, su entrenador. "A ti, Andrés, por hacer que mi corazón siga latiendo a 42 intensos y atléticos latidos...", confiesa al inicio del libro.