En el valle de Tena, el acceso desde Sallent hasta el circo de Piedrafita y el refugio de Respomuso es una de los itinerarios con mayor fama del Pirineo. El camino se adentra desde el pantano de La Sarra por le barranco de Aguas Limpias. Tras el hayedo del Paso del Onso se abre el horizonte. El montañero casi puede tocar los tresmiles de la Gran Facha, Frondellas o Balaitous.

Pero antes de llegar al ibón de Respomuso se turba ese idílico sueño pirenaico. El senderista no se puede creer lo que ven sus ojos. Una pequeña ciudad en ruinas destruída por el abandono. Es un paisaje surrealista, comparable a los mejores cuadros de Dalí.

Las ruinas

Barracones abandonados, pilonas, restos de un teleférico, cables tirados, silos para utilizar áridos destrozados, poleas oxidadas... Es un pesadilla a más de 2.000 metros de altitud. "Toda esta infraestrucutra se utilizó a principios de los años 50 para construir la presa de Respomuso. Se emplearon algunos presos de guerra que tenían la escapatoria fácil a Francia por el Collado de San Martín", explica José Luis Sánchez, alcalde de Sallent.

La leyenda y la realidad se funden. Se dice que 100 mulas y 200 obreros tardaron dos días en dar una curva en el Paso del Onso con la carga de una rueda para picar la piedra.

Piedrafita tiene un paraje maravilloso, pero el impacto visual en tremendo. En el ibón de Campo Plano existe una presa a medio construir. Han pasado más de 50 años y nadie ha quitado esa basura. "La responsabildad de la limpieza debe ser de las empresas eléctricas que hicieron las obras. Se llevaron el agua y el dinero y nos han dejado su recuerdo", confiesa Ursicinio Abajo, guarda del refugio de Respomuso.

Este panorama desolador se repite en otros ibones del Pirineo oscense. Ip, en Canfranc, los Arrieles, en Sallent, Bachimaña, Azules, Brazatos y Bramatuero, en Panticosa y Urdizeto y Marboré en Bielsa, están llenos de chatarra de la construcción de las presas para aprovechar la electricidad de los lagos a mediados del pasado siglo.

Parece que el problema va a tener un final feliz. El pasado 17 de septiembre se firmó un convenio de colaboración entre el Gobierno de Aragón, la Confederación Hidrográfica del Ebro, Ibercaja, la Fuendación Endesa, Endesa Generación, S.A. y los ayuntamientos de Bielsa, Canfranc, Panticosa y Sallet de Gállego para la limpieza y acondicionamiento de estos ibones.

Pero Víctor López, alcalde de Canfranc, no se lo termina de creer. El altoaragonés es como Santo Tomás. "No me lo creo hasta que no lo vea. Esto es una vergüenza. El anterior convenio no se cumplió.", dice López. Ese convenio data del año 99. No pudo cumplirse por razones presupuestarias. "La responsabilidad era de la Confederación Hidrográfica del Ebro. No llegó el dinero de los fondos europeos".

El ibón de Ip, situado encima de Canfranc, tiene tres barracones donde se alojaban los trabajadores de la presa. Este situado al final del carretillo, al comienzo de la pista. Más arriba, a lado del ibón, hay un taller donde se almacenaban las herramientos y las maquinarias de las obras.

En Marboré y Urdizeto, la historia se repite. Las presas se construyeron en los años 30 por la empresa vizcaina Sociedad Hidroeléctrica Ibérica. Urdizeto tiene un enorme barracón de dos pisos de granito rojizo y tejado de zinc oxidado.

Panticosa se lleva la mayor parte de la limpieza junto a Sallent. "Hay dos casetas hechas polvo, una cantera, alguna vagoneta, una picadora para hacer hormigón, postes de luz y cables del teleférico en todo el valle del Caldarés", explica José Angel Sánchez, guarda de la Casa de Piedra. "De todas maneras, mucha de la porquería no se ve ahora puesto que seguían la táctica de tirarla al fondo de los lagos".