No es una final en términos exactos, porque después del choque en Vallecas hoy (18.00 horas) quedarán siete partidos más y 21 puntos en juego, pero no es menos cierto que el duelo contra el Rayo Vallecano, actual segundo clasificado y el máximo goleador de la categoría, supone el paso definitivo para que el espléndido Real Zaragoza de la segunda vuelta, con 31 puntos de 39 posibles como muestra, pueda mirar de frente al reto del ascenso directo que parecía una quimera hace solo dos meses y que ahora está a tiro. Rayo y Zaragoza son dos de los equipos más en forma (el otro es el Sporting) y el partido tiene todos los alicientes, porque el conjunto rayista hace un muy buen fútbol, con una clara apuesta ofensiva, y los zaragocistas llegan a la cita con confianza, con mejoría atrás (solo ocho goles en la segunda vuelta) y la moral que dio el triunfo en el derbi, el octavo en nueve citas.

Así, el duelo es una final para el Zaragoza si quiere aspirar al ascenso directo. Rayo y Sporting, que visita el difícil campo de un Valladolid con entrenador nuevo (Sergio), aventajan a los de Natxo González en seis puntos. Es verdad que los sportinguistas aún tienen que pasar por La Romareda en tres semanas, pero una derrota hoy en Vallecas y si el cuadro gijonés supera también la prueba de Pucela dejarían al Zaragoza ya demasiado lejos de las dos primeras plazas.

Y también es cierto que en un playoff La Romareda y el hecho de venir de abajo hacia arriba ayudarían mucho al equipo de Natxo, pero la promoción es una lotería siempre y el Zaragoza bien lo sabe por lo vivido en la 14-15, cuando se quedó a siete minutos de subir en Las Palmas. Así, hay que apurar hasta el final las opciones de acabar entre los dos mejores y la excepcional racha del equipo le permite que las cuentas aún puedan salir. Para ello, ganar en Vallecas sería dar un paso de gigante. Incluso el empate en tan difícil feudo mantendría alguna llama de esperanza.

El Zaragoza, eso sí, tiene que presentarse a la cita con la única idea de vencer. En las últimas semanas, las de la reacción, el equipo ha pasado por duras pruebas de madurez. Venció en Soria después de que el Numancia le empatara nada más adelantarse, se sobrepuso al ambiente y a Osasuna en El Sadar y fue mucho mejor que el Huesca en el derbi. El de hoy es un test tan o más duro que esos. Y el Zaragoza, al menos, garantiza estar preparado para afrontarlo.

El duelo viene marcado también por la designación de Figueroa Vázquez como colegiado. Es el que expulsó a Borja ante el Nástic en La Romareda este curso por el teatro de Dimitrievski y al meta Ratón en la campaña pasada en Oviedo por perder tiempo. El Zaragoza pidió que no les pitara más y la federación se lo ha colocado en uno de los partidos más vitales de la temporada. Hará bien el equipo aragonés en mirar solo al césped y no desviar sus pensamientos hacia Figueroa. La nota de cordura la puso Natxo González, que se mostró tranquilo por el arbitraje, igual que los jugadores. Siempre es mejor no colocar a un colegiado en el disparadero antes de un choque. Y el técnico vitoriano lo sabe.

El partido es vital y Natxo, pese a la buena imagen en el derbi, hará cambios. El retorno de Grippo ocupará el sitio del sancionado Verdasca y en la medular es posible que vuelva Guti y el damnificado sea Febas para dotar de más músculo al centro del campo. Arriba, Papu y Pombo pugnan para ser la pareja de Borja. El canterano tiene ventaja para mantener plaza en el once.

UN RIVAL PODEROSO / El Rayo Vallecano llega a la cita en muy buen momento y sin bajas, más allá de los descartes que dio ayer Míchel, con Chori Domínguez fuera de nuevo de la lista. Es el mejor ataque de la Liga, con 55 goles, y tiene argumentos ofensivos en el once como De Tomás, Embarba y Trejo. Ha logrado Míchel cambiar la cara al Rayo, que no cede una derrota desde hace más de tres meses ante su afición, desde el 6 de enero contra el Nástic. El club hizo limpia el pasado verano en veteranos ilustres y apostó por jugadores con hambre, como Fran Beltrán, Comesaña o los mencionados Embarba o De Tomás. Tiene, además, a uno de los mejores laterales de la categoría en Álex Moreno, que se salió en La Romareda en la primera vuelta. Un enemigo, sin duda, de máxima dificultad para una final en Vallecas.