¿Fuerza física, mentalidad o técnica? ¿Cuál es la mejor virtud de Rafael Nadal? Su tío Toni lo tiene claro. "La mentalidad, su capacidad de concentración. Eso es lo mejor. En su juego, la cabeza es el 50%, el físico un 30% y el tenis un 20%", valora.

Posiblemente tenga razón, pero la capacidad mental que tanto valora su entrenador está fundamentada en el portentoso físico. "Un cuerpo trabajado a conciencia pero acompañado de una base genética muscular buenísima", explica Angel Ruiz Cotorro, médico de la Federación Española de Tenis, que ha seguido su evolución desde que tenía 15 años, cuando se le hicieron los primeros controles médicos y pruebas de esfuerzo en el CAR de San Cugat.

Desde entonces, su evolución ha sido espectacular (ver gráfico). Del 2002 al 2005, Nadal ha crecido cuatro centímetros de altura (ahora mide 1,86 metros), ha aumentado su masa muscular hasta un 49,6% y ha rebajado el porcentaje de grasa de su cuerpo a un 10%, según los controles médicos que ha ido pasando en la clínica FIATC de Barcelona durante estos años.

Resistencia espectacular

En la última prueba de esfuerzo para controlar su resistencia anaeróbica (resistencia de trabajo sin oxígeno), Nadal llegó a correr a 19 kilómetros por hora. "Tiene valores sólo al alcance de un atleta maratoniano", destaca Cotorro. A esos resultados de capacidad de trabajo en alta intensidad, Nadal añade una gran explosividad de reacción en sus movimientos en la pista, capacidad de resistencia y una gran potencia muscular. "Hay otros tenistas con una capacidad física buenísima, como Corretja o Moyá, pero Nadal aún está en fase de desarrollo", destaca el responsable médico de la federación. El biotipo de Nadal es el de un leñador o un estibador de muelles.

"Tiene un físico portentoso que le permite correr como el que más cuando la bola va rápida, imponer su gran sentido táctico cuando es necesario el control o una gran disciplina en los momentos importantes", destaca Salvador Sosa, actualmente preparador físico del croata Ivan Ljubicic. Nadal ha estado trabajando físicamente con Joan Forcades, preparador de INEF, que ha aprovechado las condiciones físicas innatas del tenista para lograr un equilibrio entre resistencia, velocidad y elasticidad, coordenadas fundamentales en su entrenamiento.

Dieta mediterránea

Su dieta tampoco difiere de la de cualquier deportista profesional. "Vitaminas y ayudas isotónicas para compensar las pérdidas de magnesio, potasio y vitamina C", añade Cotorro, que destaca: "Rafa come mucho, eso sí".

En la última rueda de prensa le preguntaron a Nadal si el secreto de su condición física era la dieta mediterránea. El tenista, que entró en la sala mordiendo un pedazo de pan, dijo que no tenía secretos. "Como lo normal, lo que me gusta. Ayer mismo tomé aceitunas y después un helado. La verdad es que no me caracterizo por comer demasiado bien y eso os lo pueden decir mis compañeros tenistas, que se ríen de mí", dijo. Lo que sí hace Nadal es comer mucho. El mallorquín devora las hamburguesas y las pizzas, pero su gran debilidad es "el marisco" y el chocolate. En sus bolsillos siempre suele llevar alguna tableta.

Elogio de Brad Gilbert

La condición física de Nadal ha sido lo más destacado por la prensa estos días en París. El día que se enfrentó al francés Richard Gasquet, de su misma edad (18 años), el rival destacaba la superioridad física de Rafa como decisiva en la derrota que sufrió. "A su lado yo me sentí un júnior", destacó. La musculatura de los brazos y la velocidad con la que se mueve en la pista o su capacidad para llegar a bolas casi imposibles para cualquier otro han impresionado a los técnicos en Roland Garros. "Es una fuerza de la naturaleza, pero además tiene una garra increíble. Estoy convencido de que será un número 1", destaca el estadounidense Brad Gilbert, exentrenador de Andre Agassi y Andy Roddick.