Ángel Torres, el presidente del Getafe, no le ha pedido todavía que invierta en el club madrileño, pero todo se andará. Mathieu Flamini (Marsella, 1984) fue presentado ayer como nuevo jugador del equipo getafense hasta final de temporada y aseguró que el fútbol sigue siendo su gran pasión, muy por encima de la exitosa trayectoria empresarial que le ha llevado en apenas diez años a ser considerado el futbolista más rico del mundo. La compañía que fundó con el italiano Pasquale Granata, GF Biomechemicals (GBF), se dedica a producir ácido levulínico, que a medio plazo puede convertirse en recambio del petróleo y sus derivados y está considerado como una de las 12 moléculas básicas para potenciar un mundo más sostenible y ecológico. Está valorada en 30.000 millones de euros.

Sobre el papel, podría convertirse en un inversor mucho más fiable que el Royal Emirates Group, el consorcio emiratí que dejó tirado al Getafe en el 2011 después de que Torres anunciara que se había convertido en el nuevo dueño de la entidad al comprar el 99% de las acciones. Pero no es en eso en lo que está pensando el exjugador del Olympique de Marsella, Arsenal, Milan y Palace. Tampoco le distrae, sostiene, su condición de empresario de éxito superlativo. Aquí no tendrá que responder a las preguntas de sus compañeros sobre dónde iba con traje impecable después de cada entrenamiento, como le ocurría en Milán cuando se marchaba camino de reuniones del más alto nivel.

Sintonía con Bordalás

«No presto atención a lo que se dice sobre mi actividad ajena al fútbol. Todos tenemos muchos intereses. Mi pasión es el fútbol, amo el fútbol y en él pongo en estos momentos toda mi atención. Es lo que me apasiona. Quiero ayudar a en todo lo que pueda al Getafe», dijo el centrocampista francés durante su presentación.

El Crystal Palace fue su último equipo y lo cierto es que no jugó mucho, diez partidos, antes de quedar libre. No ha jugado desde entonces y, después de ejercitarse varios días a prueba con sus nuevos compañeros en diciembre, firmó el viernes hasta el 30 de junio con el visto bueno del entrenador, José Bordalás, con quien asegura haber sintonizado. Ahora, antes de debutar, no descarta ampliar su contrato.

También ha hecho buenas migas con el presidente, Ángel Torres, aunque solo para centrarse en temas futbolísticos. «No creo que a este equipo le haga falta ningún inversor», señaló Flamini sin perder la sonrisa. La amplió bastante más para dejar entrever que si por él fuera debutaría contra el Barcelona en el Camp Nou este domingo. Ha trabajado duro estos meses con un entrenador personal y asegura que está en condiciones de hacerlo. La lesión de Bergara y el traspaso de Lacen han precipitado su llegada y Bordalás tiene la palabra.

«Sería muy bonito, pero primero hay que hablar con el entrenador», añadió el mediocentro francés, que tuvo otras oportunidades de venir al fútbol español: «Las tuve, pero a mi edad es importante encontrar un proyecto que me guste y desde que estuve aquí en diciembre sabía que quería estar en el Getafe».