El estadio de La Romareda acogerá hoy uno de esos encuentros que pueden marcar el devenir del Real Zaragoza en lo que resta de temporada. Tras sumar solo cuatro de los 15 últimos puntos en juego desde que se hizo cargo del equipo Lluís Carreras, sustituto de Ranko Popovic, y colocarse a seis puntos de la zona de promoción, el Zaragoza recibe al Leganés, segundo clasificado, y necesita ganar para empezar a remontar en la clasificación y no descolgarse de los puestos que permiten luchar por el ascenso. En Almería, ante un rival en horas bajas y metido en la zona de descenso, no fue capaz de reaccionar y ahora está obligado a hacerlo en casa ante un contrario que estos momentos es el equipo más en forma de Segunda División. Lleva cuatro victorias consecutivas.

Carreras ha dicho que el Real Zaragoza debe ir partido a partido y sin pensar en lo que tendrá que afrontar luego, pero es inevitable mirar de reojo al calendario y, tras jugar contra el Leganés, rendirá visita a Córdoba y Osasuna, dos equipos de la parte alta de la clasificación y que ya superaron al conjunto zaragocista (0-1) en el estadio de La Romareda en la primera vuelta de la competición. En definitiva, dos rivales, en teoría, directos. El Zaragoza se encuentra ahora en mitad de tabla clasificatoria, en tierra de nadie, a nueve puntos de los puestos de ascenso directo, a seis de los de promoción y a siete de la zona de descenso. Por eso debe ganar ya al Leganés para empezar a mirar hacia arriba en la clasificación y poder afrontar luego en mejores condiciones dos difíciles desplazamientos. Cuestión de recuperar sensaciones y no perder la fe.

FORMAR UN BLOQUE

Esta semana, Narcís Juliá, director deportivo del Zaragoza, ya ha advertido, en clave realista, que el cuadro aragonés no puede pensar ahora mismo en luchar por las dos plazas de ascenso directo y que debe centrarse en conseguir un puesto para la promoción. Ese objetivo pasa porque el equipo empiece a ganar de forma inmediata. A ello hay que unir que Lluís Carreras necesita encontrar cuanto antes un bloque competitivo tras la seis altas y las tres bajas que se han producido en la plantilla zaragocista.

Hoy ya estarán a disposición del técnico catalán todos los nuevos y buena parte de ellos apuntan al once inicial. Culio y Manu Lanzarote, los dos refuerzos de mayor nivel que han llegado ahora a la plantilla zaragocista, parecen fijos para empezar el partido contra el Leganés. Carreras recupera a Leandro Cabrera y Erik Morán, dos habituales titulares, tras cumplir sanción, con relación al partido de Almería, y pierde Jesús Vallejo por lesión para seis semanas.

El Real Zaragoza, con Narcís Juliá a la cabeza, ha reforzado la plantilla en el mercado invernal con futbolistas del perfil que quería el técnico catalán y ahora él debe armar un equipo más fiable de lo que ha sido hasta el momento bajo su dirección. En verano, el Zaragoza confeccionó una plantilla para jugar un fútbol aguerrido y de contragolpe, mientras que ahora los futbolistas que han llegado son para hacer un juego más combinativo y de control, como quiere Lluís Carreras. Los mejores momentos del equipo en esta temporada con Ranko Popovic fueron utilizando un sistema 4-1-4-1 y ahora el técnico catalán apuesta por un esquema 4-3-3 o un 4-4-2. Al final, con uno u otros sistema, como ayer reconocía Carreras, lo importante es ganar. Algo que el conjunto zaragocista necesita hacer ya desde hoy mismo para empezar a pensar que puede meterse al final del curso en los puestos de promoción aunque a principio de curso el objetivo era ascender de forma directa.