No habrá campeona española en el Abierto de Estados Unidos este año. No la ha habido desde que Arantxa Sánchez Vicario ganó el título en 1994, el único. Garbiñe Muguruza era la gran candidata a conseguirlo por sus resultados y tras ganar hace un par de meses en Wimbledon, pero la hispanovenezolana se despidió de Flushing Meadows en octavos de final al caer ante la renacida Petra Kvitova por 7-6 (7-3) y 6-3. Como ella, también se despidió del torneo Carla Suárez, que cayó ante la veterana Venus Williams, 37 años y campeona en dos ocasiones del torneo (2000 y 2001), en la misma ronda por 6-3, 3-6, 6-1). A pesar de esas eliminaciones, al menos Muguruza tendrá un ojo puesto en el torneo esta semana.

La actual número 3 mundial, pese a la derrota, aún tiene opciones de serlo, según los resultados que tengan sus rivales directas en esa lucha, la checa Karolina Pliskova, actual número 1, y la ucraniana Elina Svitolina, aún en liza en el torneo. Pliskova pasó ayer a las semifinales tras deshacerse de la estadounidense Jennifer Brady (6-1, 6-0) y Svitolina lo intentaba ante la estadounidense Madison Keys. Las opciones de Muguruza pasan por que Svitolina caiga en cuartos de final y Pliskova en las semifinales.

«Todos los jugadores sueñan con el número 1, está claro, pero me encantaría ganármelo, jugar ese partido que me dé el número 1», recalcó Muguruza consciente de que esta vez no se lo podrá ganar en la pista, aunque, eso sí, advirtió: «Ahora estaré muy pendiente de los resultados».