Salió el Real Zaragoza con fuego en los ojos y muy musculado en el centro del campo, con Ángel como único delantero y presionando los costados del Girona, por donde suele dar rienda suelta a su apetito ofensivo el conjunto catalán. Hubo al menos 20 minutos de igualdad, de vigilancia, de precauciones máximas con las áreas inmaculadas y los porteros casi congelados por la falta de trabajo. Parecía mandar y mandaba la escuadra de Raúl Agné, agitada casi en exclusiva por la voracidad de Ángel y con físico para el robo y la anticipación, pero sin Cani de guía por detrás del punta canario. Orden, trabajo y disciplina. Buena voluntad. Mínima transición por ambas partes en un atasco de sincera creatividad. Esa inversión física buscaba un gol que no llegó en la primera parte, periodo establecido para consumir casi todo el oxígeno y arropar después la ventaja no sin sufrimiento. El esfuerzo no se tradujo en premio alguno y el Real Zaragoza de casi siempre se quedó sin pulmón para más tarde perder el corazón, robado por un adversario de mucho más cuajo, con un gran oficio para golpear en el momento justo. Liberado del estrangulamiento en el arranque, ahorcó al equipo aragonés con absoluta naturalidad, mejor técnica y táctica letal para ponerse por delante a balón parado.

El Girona frena la racha victorias del Real Zaragoza y lo envía hacia abajo cuando miraba muy arriba después de los triunfos frente a Oviedo y Rayo. Lo más importante, sin embargo, es el redescubrimiento de las carencias del conjunto aragonés para postularse con firmeza para el ascenso. Dispone de pocas variantes y variaciones, de un centro del campo melancólico y de una defensa que no ganó demasiado con el debut de Jesús Valentín, corajudo y cumplidor pero poco más. Issac sufrió con Aday y José Enrique se lesionó --podría haberse roto el sóleo-- para dar entrada a Casado. Luego Irureta protagonizó un par de esas cantadas que llevan a la afición al cardiólogo y que le autorizan para ser suplente como mucho... Cabrera, experimentado en el juego áreeo, se dejó ganar la posición por Sandaza en un gol que cerró prácticamente el encuentro. La expulsión de Cani por doble amarilla, la segunda por protestar, agigantó las distancias, con un Girona que se lanzó a la contra en superioridad y con la frescura de Longo, quien primero no acertó con todo a favor para firmar el segundo tanto pero sí después para ofrecer una perfecta asistencia a Alcaraz que dinamitó cualquier esperanza del Real Zaragoza de salvar al menos un punto.

A Agné le gustaron los primeros minutos de su equipo. No estuvieron mal, es cierto. No obstante, en el fondo subyacía otra verdad: en cuanto el Real Zaragoza se quedase sin gasolina frente a un enemigo de esa altura, los espacios para el despliegue del Girona iban a ser enormes. Y el combustible no le dio para sorprender a René, ni siquiera para inquietar su portería. Sin aire y sin argumentos, previsible e ingenuo, el Real Zaragoza se fue apagando, ya sin fuego en los ojos ni en las piernas pese a las entradas de Xumetra y Dongou. Luchar por el ascenso directo es una quimera casi desde el primer día. Hacerlo ganando una de las plazas de promoción se antoja una empresa muy complicada para su fútbol otoñal en ocasiones e infantil en otras. Si además, como así parece, va a ir al mercado invernal con los bolsillos vacíos, sus posibilidades de regresar a Primera disminuyen. Le falta sangre competitiva. O, como hoy, le quitan la poca que tiene con un par de mordiscos.

Ficha técnica:

0 - Real Zaragoza: Irureta; Isaac, Jesús Valentín, Cabrera, José Enrique (Casado, min.69); Zapater, Javi Ros; Lanzarote (Xumetra, min.57), Cani, Xiscu (Dongou, min.58); y Ángel.

2 - Girona F.C.: René; Maffeo, Ramalho, Alcalá, Juanpe, Aday Benítez; Granell (Alcaraz, min.64), Pere Pons, Portu (Cristian, min.88); Borja García y Sandaza (Longo, min.77).

Goles: 0-1. min.68. Sandaza; 0-2. min.92. Alcaraz.

Árbitro: Areces Franco (Comité Asturiano). Expulsó por doble amonestación al jugador del Real Zaragoza Cani (min.74). Amonestó con tarjeta amarilla al local Zapater y al visitante Granell.