Diogo Verdasca llegó a Zaragoza arropado por Lalo Arantegui y José María Barba. Ambos lo llevaban siguiendo desde que formaban parte del cuerpo técnico del Huesca y tenían apuntado su nombre con fosforito, pero para la mayoría de mortales era un total desconocido. El director deportivo zaragocista lo considera como uno de los jugadores con mayor capacidad de progresión dentro del equipo. Una opinión que casa con la de Luís Castro, toda una institución en la formación de futbolistas en Portugal y entrenador del Oporto B durante diez temporadas.

Luís Castro supo por primera vez de Verdasca cuando este tenía 11 años, lo vio crecer desde la dirección deportiva del Oporto y, además, lo entrenó en el filial. «Desde muy joven se le veía un jugador con calidad de pase y buen posicionamiento. Todo el cuerpo técnico preveíamos que, pasando por varias experiencias en su formación, podía llegar a ser jugador profesional. Fue así como llegó a plantarse en un filial lleno de grandes jugadores», explica el actual técnico del GB Chaves. La cantera siempre ha sido uno de los motores principales para el Oporto, posee grandes infraestructuras con profesionales de alta cualificación con el objetivo de seleccionar a los mejores jugadores para formarlos y conducirlos hacia la primera plantilla del club.

Varios han sido los entrenadores de los dragoes que han querido ver entrenar al central portugués del Real Zaragoza: «Cuando el técnico del Oporto nos consultaba quién del filial podía ejercitarse con ellos llevábamos a los que mejor estaban y uno de ellos era Diogo Verdasca. No se arrugaba entre estrellas de nivel mundial», explica. Sin embargo nunca llegó a disputar un partido con la primera plantilla, fruto del exigente contexto que envuelve al club portugués. El lujoso catálogo de centrales del Oporto, donde Mangala, Diego Reyes, Marcano o Felipe pugnaban por un puesto y cerraban la puerta a los chicos del filial. «Había jugadores de calidad Champions que le impidieron acceder a un hueco con el Oporto».

Poder abrir una pequeña ventana hacia la escuadra principal de un club puntero en Europa no es tarea fácil, muchos jugadores deben de elegir entre quedarse y seguir pugnando por una oportunidad o buscarse una oportunidad fuera: «Cuando el jugador no tiene tanta paciencia para quedarse y esperar a su momento va a tener que buscar otras alternativas y es lo que ha hecho Verdasca. Y es normal. Él es un chico muy ambicioso que busca jugar siempre, tiene muchas ganas de ser un jugador grande».La decisión de partir y probar suerte en otra Liga no le está yendo mal. Luís Castro sigue con cautela su progresión: «Creo que ha hecho bien porque está teniendo éxito y está mejorando mucho. No es sencillo salir de casa, tan joven, y probar suerte en un fútbol distinto. Su evolución es muy buena. Lo importante es que el jugador sea cada día mejor que el día anterior. Y Verdasca, por ahora, lo está haciendo. Tiene potencial para llegar a un equipo de élite».

El club portugués quiso blindar a Verdasca, con la expectativa de que pudiera alcanzar cuotas mayores. Firmaron su renovación hasta 2020 y le protegieron con una cláusula de 20 millones. «Tiene una alta capacidad de juego aéreo, con la habilidad de saber cómo posicionarse, además tiene pase interior, exterior, corto y largo, pero todo va a depender del rendimiento mental. Por cualidades lo podremos ver en Primera o en otra gran Liga».

La palabra de Luís Castro prevalece sobre el resto. Aunque asegura que sin trabajo diario ni perseverancia hasta el mejor de los talentos se puede quedar en el tintero. «Es importante que ahora Verdasca se centre solo en el juego. Tiene que estar tranquilo, disfrutando de su trabajo. No tiene que perder de vista su objetivo, entrenar para jugar y crecer», concluye el técnico portugués.