Martí Vigo es el tercer hombre en la historia del esquí de fondo aragonés que puede alcanzar la gloria olímpica. Puede ser en el 2018 en la localidad coreana de Pyeongchang a partir del 9 de febrero. El pionero fue el panticuto Emiliano Morlans en Lake Placid en 1980. A este le tomó el testigo el jacetano Diego Ruiz, que compitió en Nagano, Turín y Vancouver. Ahora le llega el turno a este joven esquiador de Sesué de 20 años.

Vigo es la gran baza aragonesa para Corea por delante de los esquiadores de fondo Marcos Puidefábregas y Alba Puigdefábregas y la esquiadora alpina Inda Garin. En pocas semanas se juega sus opciones para ir a los Juegos Olímpicos. El deportista nacido en Sesué, en pleno corazón del valle de Benasque hace 20 años, ya se encuentra en plena competición por Europa. Es una temporada complicada puesto que es su primer año en la categoría júnior. «Debuté en la temporada en la estación sueca de Bruksvallarna. Disputé los 15 kilómetros en modalidad patinador y los 15 kilómetros en estilo clásico y el esprint. Estoy contento de mi debut, aunque no me clasifiqué en los puestos delanteros», afirma.

A principios de noviembre compitió en Beitostolen (Noruega) y después en la estación francesa de Prémanon. «Se celebraba la Copa de Francia. Es de las mejores competiciones que he hecho y terminé el 13º en los 15 kilómetros de estilo patinador. El pasado fin de semana en la Copa de Europa que se celebró en la misma estación no competí porque estuve enfermo esos días», explica.

La competición continúa y el equipo nacional se ha desplazado este fin de semana a la estación austriaca de St. Ulrich. Allí disputará una prueba de la Copa de Europa. «Estamos en el equipo absoluto Imanol Rojo, Lidia Iglesias y yo junto a seis jóvenes, entre los que están Hugo Puigdefábregas y Alba Puigdefábregas. El seleccionador es Marco Puntel», indica.

Tras la competición en Austria habrá un parón navideño. Será entonces cuando Martí Vigo pase dos semanas con su familia en Sesué. «Tengo ganas de volver a casa. Me entrenaré en Llanos del Hospital. Allí las condiciones son muy buenas. Mario, el maquinista de la estación, las tiene siempre muy bien cuidadas», dice.

Será en el mes de enero cuando Vigo se juegue todo a una carta en Suiza para acudir a sus primeros Juegos. El escenario es la estación suiza de Campra en Camprello en una prueba de la Copa de Europa. «Competiré en los 15 kilómetros de estilo clásico y en los 15 kilómetros patinador. Me tendría que meter entre los 15 primeros para ir a los Juegos. Pero de momento no he disputado ninguna prueba de la Copa de Europa. No tengo muchas referencias y depende del día. Es difícil, pero no imposible ir a Corea. El que lo tiene más seguro es Imanol Rojo».

Vigo se conoce y piensa que la clave para hacer una buena carrera será «esquiar rápido y llegar en un buen estado de forma. No me presiono y tengo ganas. Mis mejores pruebas son los 10 y 15 kilómetros en estilo patinador», asegura con seguridad el esquiador.

Todos los que le conocen reconocen que está lanzado. «Tengo muchas ganas. Mi virtud son la motivación. Pero para mí no sería un palo ir a los Juegos Olímpicos. Soy muy joven y puede clasificarme de aquí a ocho años». La situación del esquí de fondo nacional ha mejorado en los últimos años. «May Peus, el presidente, lo está haciendo muy bien, y cada vez hay más presupuesto para viajes para el equipo español. Yo no me puedo quejar. Tengo una beca mensual del COI».

Los inicios

Vigo nació para el esquí de fondo. Le engancharon Evaristo e Irma, sus padres, y Berta, su hermana. «Comencé a los tres años. Ha sido todo muy progresivo y he ido poco a poco. Lo mío no ha sido una explosión». Poco a poco fue metiendo la cabeza en la élite nacional. Lo mejor hasta ahora lo realizó el año pasado. «Fue en la estación norteamericana de Salt Lake City. Allí se disputaba el Mundial júnior y terminé en la posición 14º de los 10 kilómetrtos estilo patinador», afirma el esquiador del Club Hospital de Benasque.

De momento tiene claro que su prioridad es el deporte por delante de los libros. «Actualmente me vuelco con el esquí de fondo. A ver hasta dónde llego. Estudio fisioterapia en la Universidad de Lérida. Soy un buen estudiante. En invierno me matriculo de menos asignaturas y así voy más tranquilo. Al terminar la temporada de esquí me dedico a estudiar», concluye Vigo.