Juega el campeón en el Camp Nou con el Villarreal (20.00 h.) el partido aplazado de la jornada 34 sin nada en juego más allá de mantener su condición de equipo imbatible en esta Liga. El Barça, mientras, mira al futuro, con la apuesta por Griezmann como la más clara. Enrique Cerezo, el presidente del Atlético de Madrid, está intentando frenar la marcha de su estrella al Barça. El dirigente se reunió con el delantero ayer en una cumbre decisiva para tratar de convencer al jugador. Su idea es poner rumbo al Camp Nou. El Barça lleva tiempo interesado en Griezmann, con una cláusula de 100 millones. El francés cobra unos 14 millones al año y el Atlético podría hacer un esfuerzo para llegar a los 20.

Mientras tanto, Ernesto Valverde consume las últimas jornadas de Liga con el trabajo realizado. Sabe lo que ha hecho y no le importa que su directiva se lo reconozca a regañadientes. O que la crítica le siga echando en cara que dudó en Roma. Valverde sabe que, en los dos únicos mundos que le interesan, el de su casa y el futbolístico, él es un triunfador, porque en esos mundos todos admiten que se puede perder.

Sí, cierto, «hubo un día que fue horrible, el de Roma», pero el equipo continúa, un año más, persiguiendo la excelencia. El corazón de Valverde tiene más de un arañazo. Pero alguien que ha logrado Liga y Copa este curso debería pedir que se le comparase con las mejores temporadas de la historia del Barça, pues solo hay ocho dobletes en 119 años. Valverde tiene contrato en vigor pero eso, a menudo, no es garantía alguna. Así, no tiene muy claro que vaya a seguir Roberto Fernández, que es quien lo trajo «y con quien mantengo una excelente relación y, por tanto, me gustaría que siguiese, sí». Pocos tan fieles como el Txingurri.

Villarreal, Levante y Real Sociedad son ya los únicos equipos que pueden impedir que el Barça se convierta en la excelencia permanente al acabar la Liga sin una derrota en su haber.