La fecha de referencia para conocer la respuesta al primer gran interrogante del verano era el 1 de julio. El día en el que la cláusula de rescisión de Antoine Griezmann se reducía de 200 a 100 millones, y el Barça aprovechaba el ofertón del mercado para llevarse al delantero del Atlético. Pero la espera se reducirá a la mitad. A dos semanas como máximo. El plazo límite, ahora establecido por Griezmann, es el 16 de junio.

Para ese sábado está fijado el debut de Francia en el Mundial, ante Australia (12.00 horas). El francés afirmó en Niza, tras el amistoso ante Italia (3-1), que quería anunciar su destino antes de que comience el torneo para no arrastrar las especulaciones después de comprobar que en cada comparecencia suya, o de alguno de sus compañeros de la selección, aparecen las preguntas sobre su futuro.

Preguntado el internacional sobre si tomará la decisión antes del Mundial, contestó en la zona mixta: «Así lo deseo y se hará». O sea, en dos semanas, el Atlético sabrá si debe buscar un recambio a su jugador franquicia o es el Barcelona el que tendrá que pensar en otro refuerzo si Griezmann da marcha atrás y continúa en el Metropolitano.