Desde que fue nombrada anfitriona, junto a Polonia, de la Eurocopa 2012, Ucrania se ha convertido en el objeto de envidia de todas las antiguas repúblicas de la Unión Soviética. Nunca antes una Eurocopa se ha celebrado más allá del antiguo telón de acero. Para estar a la altura, Kiev ha hecho inversiones sin precedentes en las infraestructuras con la idea de aprovechar ese acontecimiento para acercarse más a Europa. Pero, sin embargo, esos temas puramente deportivos han pasado desde hace varias semanas al segundo plano. La Eurocopa 2012 coincide con la peor crisis política entre Kiev y Bruselas, que acusa a las autoridades ucranianas de llevar a cabo represalias políticas propias de la época de Stalin.

El acuerdo de Asociación con la UE, que parecía ya una realidad el año pasado, sigue aparcado. "La UE y yo en persona hemos dejado claro que no estaremos listos para firmar este acuerdo hasta que no estemos seguros de que Ucrania está interesada en desarrollar estrechas relaciones políticas, lo que significa el respeto obvio y activo de los valores fundamentales de la UE, tales como la supremacía de la ley", dijo recientemente el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy.

Además, varios líderes europeos han avisado que boicotearán los partidos que se celebren en los estadios ucranianos en protesta contra numerosos procesamientos judiciales que la UE ve políticamente motivados. "Estoy muy decepcionado y preocupado por los recientes ejemplos de procesamientos judiciales en Ucrania, de los cuales el caso de Timoshenko (la exprimera ministra) es solo uno de los ejemplos", dijo Van Rompuy a la agencia rusa Interfax.

La lista de los potenciales "grandes ausentes" está encabezada por la canciller alemana, Angela Merkel, que no ha descartado definitivamente la posibilidad de visitar a Ucrania. Pero la condición que puso para su viaje a Kiev le deja pocas perspectivas ya que exigía importantes mejoras en la "situación política" en Ucrania. Siguiendo la misma línea, la UE no ha descartado declarar un boicot institucional y político al torneo.

Huir al extranjero

La razón de esa nueva guerra fría es una amplia campaña de acoso judicial contra las personas relacionadas con la oposición al régimen del presidente prorruso de Ucrania, Viktor Yanukovich. Desde que llegó al poder (2010), procesos judiciales contra partidarios de la proeuropea exprimera ministra de Ucrania, Yulia Timoshenko, han venido uno tras otro. A cientos de empresarios próximos a Timoshenko les privaron de sus negocios, mientras algunos huyeron al extranjero para evitar la cárcel.

Desde octubre pasado, Timoshenko cumple una condena de siete años por excederse en sus atribuciones al firmar unos contratos de suministro del gas con Rusia. Actualmente está internada en una clínica en régimen cerrado para tratar su hernia discal. La firma con Rusia en enero del 2009 permitió reanudar el suministro del gas a Europa, que vivió dos tensas semanas sin el carburante a causa del conflicto entre Rusia y Ucrania por el precio del gas. El 25 de junio volverá a comparecer ante la justicia, esta vez acusada de apropiación de fondos públicos y evasión fiscal.