Simona Halep tiró la raqueta al suelo, levantó los brazos al cielo y se tapo la cara para llorar otra vez en París. Pero esta vez fue de felicidad. Después de tres fracasos la tenista rumana conseguía ganar su primer Grand Slam al vencer en la final de Roland Garros a la estadounidense Sloana Stephens por 3-6, 6-4 y 6-1.

No ha empezado bien la final para Halep que ha cedido el primer set. Ansiosa y nerviosa por la presión de sus derrotas en las anteriores finales ante Maria Sharapova (2014), Jelena Ostapenko (el año pasado) o Caroline Wozniacki (en el Abierto de Australia este año) ha empezado muy atenazada. Nada parecido a como jugó en las semifinales ante Garbiñe Muguruza y Stephens ha sabido aprovechar la situación para adelantarse en el marcador 6-3 y 2-0. Los ojos enrojecidos de Halep y su gesto de frustración lo decía todo.

Pero la número 1 mundial se ha resistido a una nueva derrota y ha sacado su orgullo para dar la vuelta a la situación después de romper en blanco (0-4) el saque de Stephens para igualar el marcador del segundo set (2-2) y adelantarse 4-2. La estadounidense, número 10 mundial y campeona del Abierto de Estados Unidos el año pasado, parecía que recuperaba sus opciones cuando ha logrado empatar de nuevo el (4-4). Halep ha aguantado la presión con valentía para hacer una nueva rotura y apuntarse la segunda manga. Ha sido definitivo.

ARANTXA SÁNCHEZ DIO LA COPA

En el tercer set Halep ya no ha dado ninguna opción a Stephens a la que solo ha dejado ganar un juego más antes de acabar con 2 horas y 3 minutos de sufrimiento y levantar la copa Suzanne Lenglen que le ha entregado Arantxa Sánchez Vicario, campeona en tres ocasiones, la última vez en 1998. "Estoy muy emocionada por este momento tan increible para mí", dijo la tenista rumana que tuco un recuerdo para la anterior campeona rumana, Virginia Ruzici, que logró el título en 1978 y ayer estaba en las gradas para animarla, igual que la campeona olímpica de gimnasia Nadia Comaneci.