Algunos pilotos, algunos equipos, se empeñan en mantener que los test de pretemporada no sirven de mucho, que de las vueltas al Circuito de Cataluña no se pueden extraer muchas conclusiones. Pues no. Cada año, el Gran Premio de Australia no hace sino confirmar lo que se ve en los tests de Montmeló. Y la edición del 2018 no es diferente. Los primeros ensayos libres en Melbourne confirmaron el dominio de Lewis Hamilton y Mercedes, dejaron ver que Red Bull-Renault se ha colocado a la par que Ferrari, y que por detrás, la batalla por el ver quién es el cuarto equipo se desarrolla entre Haas, McLaren y Renault.

Hamilton dominó las dos sesiones con facilidad, mientras que su compañero Valteri Bottas le escoltó como segundo en la primera sesión y sufrió errores en pista que le costaron algunos sustos y algunas décimas en la segunda, donde Max Verstappen se aupó a la segunda plaza de la tabla de tiempos. Entre Verstappen, Bottas, Vettel, Raikkonen y Ricciardo… no hay más que dos o tres décimas. Fernando Alonso marcó el octavo mejor tiempo en la primera manga, mientras que, en la segunda, ya con más tiempo para rodar, igualó esa octava posición.