El Mundial de F-1 empieza a ser algo más que una pelea entre los pilotos de Mercedes. Tras los cuatro primeros triunfos del alemán Nico Rosberg (Mercedes) en Australia, Bahréin, China y Rusia, se produjo la extraordinaria y sorprendente victoria del joven holandés Max Verstappen (Red Bull) en Barcelona,convirtiéndose en el piloto de menor edad de la historia que gana un gran premio y este domingo, en una carrera que empezó con el diluvio, siguió en seco y acabó con un peligroso ‘chirimiri’, el tricampeón británico Lewis Hamilton (Mercedes) ha conseguido un apoteósico triunfo, que no lograba desde hacía ocho citas (su última victoria data del 25 de octubre de 2015, en EEUU), apretando la general del Mundial de pilotos, pues Rosberg ha concluido en una discretísima séptima plaza. El tercer héroe de la jornada fuel el mexicano Sergio ‘Checo’ Pérez, tercero y podio con el modesto Force India-Mercedes y, como no, el bicampeón español Fernando Alonso, que, a los mandos de su recuperado McLaren-Honda, concluyó en quinta posición.

MUCHAS INTERRUPCIONES

La carrera empezó con el coche de seguridad liderando la parrilla de salida, pues al llover se suspendió la salida con el semáforo. El ‘safety car’ no volvería a aparecer en pista pero sí se produjeron, nada más y nada menos, que cuatro apariciones en pantalla de coches de seguridad virtuales por culpa de los diversos accidentes, ya que han abandonado siete monoplazas, récord de este año.

ERROR GRAVE DE RED BULL

El gran premio tuvo momentos vitales, muy interesantes. El primero fue el problema de sobrecalentamiento de los frenos en el Mercedes de Rosberg, que permitió a Hamilton superarle en la primera parte de carrera y colocarse, de inmediato, a la estela de Ricciardo, que partía desde la ‘pole’. Y el segundo golpe de teatro se produjo en el box de Red Bull donde, incomprensiblemente, los mecánicos no tenían preparados el último juego de neumáticos, lo que hizo que el piloto australiano estuviese varios segundos, un montón, demasiados, en su taller, lo que hizo que, al incorporarse, lo hiciera justo detrás de Hamilton. Ricciardo apretó al tricampeón británico a lo largo del último tercio de carrera pero se trata de Mónaco y ese error, gravísimo, en la calle de box de Red Bull abortó la victoria del australiano, que se la preparó el sábado, la trabajó en el inicio de gran premio y perdió en su taller.