Se ha hablado mucho del cambio de filosofía que Lluís Carreras ha impuesto en el Real Zaragoza. El estilo y las formas son bien otros, incluso las palabras. Todo es algo distinto, aunque el objetivo sea el mismo. Es decir, se trata de gustar, de conquistar con el fútbol. De ganar sobre todo. No le cabe ninguna duda al entrenador, que sabe que el Zaragoza camina con cierta desventaja, que es la hora del pragmatismo por encima de la belleza. Así lo explicó ayer, bien claro: "Se debe ganar. Una vez ganemos, ya veremos la imagen que hemos dado. Perdiendo no me consuela que el equipo dé una buena imagen. Nosotros vamos a ganar, tenemos la intención de ganar y de hacerlo como sea. Luego ya hablaremos de los matices. Buscamos resultados, no dar buena imagen".

Puesta sobre la mesa la primera intención, queda claro que el Zaragoza vive el presente sin hacer cuentas ni analizar situaciones futuras. Así ha preparado el partido contra el Córdoba. "La única diferencia es que en semanas anteriores los resultados no han sido iguales. Pero ya les dije a los jugadores que el resultado anterior no condiciona en nada el partido siguiente. El estado de ánimo que te produce una derrota o una victoria dura la noche y el día siguiente, después ya no sirve. Se prepara sabiendo dónde vamos, el rival tan difícil que es, sabiendo cómo juegan, cómo repliegan, cómo atacan. Igual que otras semanas".

La idea inicial, sin confirmar, es contar con los mismos hombres que propusieron el cambio ante el Leganés, incluidos cinco de los seis nuevos. Así lo dejó entrever ayer Carreras, aunque desanduvo intenciones conforme avanzó en su respuesta. "Es probable (repetir equipo), pero no definitivo. Los partidos son diferentes, el campo es diferente, el rival es totalmente diferente. Siempre le damos mucha importancia al rival, pero hay posibilidades de seguir y de cambiar, a pesar de que estoy contento con los que jugaron el otro día".

Juega con desventaja el Zaragoza, como bien dice la clasificación, así que no puede pasar por alto ninguna jornada. "Todos los partidos son importantes cuando el equipo tiene un déficit respecto a otros en cuanto a puntuación. Vamos a darle trascendencia, presionar muchísimo y liberar esa presión", dice el entrenador zaragocista, que precisa: "Yo creo que no hay nervios. Quizá se siente más presión jugando en casa. Los jugadores están concienciados, preparados. Han trabajado bien durante la semana y vamos a ver si eso se traduce en tres puntos. La presión la suele tener el equipo que juega en casa, pero nuestro equipo tiene esa urgencia de intentar acercarse a los puestos de arriba. Tenemos un nivel de autoexigencia alto, lo que supone autopresión. No necesitamos del factor ambiental para motivarnos".

Se detuvo también Carreras en los penaltis. Ángel falló uno el pasado domingo, algo que no es nuevo esta temporada. El Zaragoza ha fallado tres de los cinco lanzados. "Se pueden trabajar de muchas maneras, incluso ensayar la técnica de cómo tirarlos. La realidad es que lanzarlo en un entrenamiento y en un partido es completamente diferente. Yo he tirado alguno y en esos momentos tienes que estar muy convencido, no es tan fácil. Vamos a ver cómo está de confianza Ángel. Si no, está Freddy, Lanza, Pedro, Culio...".

Queda el Córdoba, un rival directo si se piensa en el ascenso. "Suele hacer un fútbol combinativo y juega con las líneas separadas, lo que dificulta el robo. Tiene pegada y conceptos muy claros. Es un partido difícil, pero al mirar a mis jugadores veo cómo han entrenado, con las ganas que están y la ambición que tienen y eso tranquiliza", dice Carreras, que sabe que en el delantero Florin Andone estará gran parte del peligro. "Es de lo mejor de la categoría. Florin no juega solo, aunque a veces coge esa responsabilidad ofensiva y no necesita a nadie. Eso quiere decir que debemos estar muy atentos".