La inscripción dice ‘sobrenatural’ y sus dos manos las habían grabado sobre un fondo de tierra roja. Un marco que irá a un museo de París y que ayer la alcaldesa de la ciudad, Anne Hidalgo, le ofreció como homenaje. Antes de recibirlo, Rafael Nadal conversó relajado y feliz tras ganar su undécimo Roland Garros.

-¿Ha tenido calambres esta noche?

-Qué va. Se me pasaron en el partido y no volví a tenerlos.

-Ayer recibió una ovación en la central de más de dos minutos. ¿Emocionado?

-Fue un momento especial. La Chatrier es el escenario más importante de mi carrera y recibir una ovación así me hizo tener un momento de debilidad y emoción. Pensaba que había vuelto a hacer algo que era un objetivo y que veía lejos y complicado después de tres meses sin jugar, dos lesiones y lo que había pasado.

-Era un momento decisivo del año y de exigencia máxima.

-Han sido dos meses muy intensos y al final han salido mejor casi imposible. La lesión en Australia, no poder jugar en Acapulco, Indian Wells y Miami fue muy duro, pero desde que volví en la Copa Davis solo he perdido un partido y jugando bien la mayoría.

-¿Sorprendido?

-Un poquito porque así como el año pasado tuve una gran pretemporada y me sentía preparado para competir, este año era una incógnita. No sabía cómo llegaría ni físicamente ni tenísticamente.

-Después de un esfuerzo así viene el bajón de adrenalina, ¿no?

-Es normal que mi cuerpo tenga ese bajón tras una exigencia máxima. El esfuerzo se nota y los años también. Ahora quiero descansar pero no puedo relajarme mucho. Viene Wimbledon, que para mí es un torneo muy importante y debo prepararlo adecuadamente, para llegar con garantías a nivel físico y tenístico.

-La gente ve casi normal y lógico que gane usted. ¿Eso cómo se maneja?

-Desde fuera no se aprecia pero uno sale a la pista sabiendo cada día que puede perder y puede ganar. Esa tensión y esa adrenalina que uno tiene cada día es un desgaste. Ese esfuerzo ha sido grande y necesita un descanso mental. No es como antes cuando eras más joven. Ahora tengo que cuidar mis rodillas, mi cuerpo.

-¿Cómo se entiende una carrera larga como la suya o de otros jugadores de su generación?

-Los tiempos han cambiado, la gente dura un poco más que antes y creo que es porque hay algunos jugadores que apreciamos el deporte, valoramos y amamos lo que hacemos. Y por eso estamos teniendo una carrera larga.

-¿Le preocupa el desgaste físico que le supondrá en unos años?

--Ahora mismo no pienso demasiado en eso porque si lo hiciera no me levantaría cada día a dar lo que tengo que dar para estar donde estoy. He llevado mi cuerpo muchas veces al límite y sé que tendré secuelas a nivel de rodilla, de pies, articulaciones, cadera y todo eso, Estamos en un deporte exigente en el que el desgaste de mi cuerpo va a estar ahí.

-¿Qué cambiaría de su carrera si pudiera?

-Por ejemplo cuando me infiltré la rodilla en Wimbledon en el 2012. Me arriesgué y después tuve que acabar parando más de seis meses. También cuando me infiltré la muñeca en el 2016 en Roland Garros y se me reventó. Claro que cambiaría eso, pero entonces me sentía capacitado para ganar el torneo y decidí seguir. Después tuve que abandonar. Seguramente si volviera a esa situación, sin conocer lo que ocurrió después, a lo mejor repetiría. Al final somos deportistas y queremos aprovechar el momento.

-¿Cómo acepta los consejos alguien que lo ha ganado todo?

-Soy una persona obediente y siempre he creído que desde fuera las cosas se ven mejor que desde dentro. Escucho siempre a la gente que tengo a mi lado, aunque después a veces tomo mis decisiones de forma distinta. Creo que desde la humildad que uno necesita para dejarse aconsejar es más fácil triunfar.

-¿Le da respeto la figura de Rafael Nadal que se ha creado con sus éxitos?

-La verdad es que soy una persona bastante natural y no me planteo tantas cosas. No pierdo la perspectiva de mi vida real.

-¿Es consciente de la repercusión que tiene cualquier opinión suya, como cuando pidió elecciones?

-En este país se habla de democracia y de más cosas pero esta gente que habla tanto de democracia y le gusta tanto esa palabra no se la aplican a ellos mismos. Yo no pedí elecciones ni fui irrespetuoso con nadie ni exigí nada. Yo di mi opinión como un ciudadano más. Dicho esto, ahora también creo que se está haciendo bien con los nuevos ministros, serios y preparados, y la verdad, lo único que puedo desear es que las cosas vayan lo mejor posible.

-¿Qué le parece que haya un ministro de deportes que dice que no le gusta el deporte?

-No podemos ser siempre esclavos de nuestras palabras. Este es un país que siempre está a punto de criticar. Lo siento, pero no participo de ese ‘show’. Sería bueno que aunque tuviéramos distintas sensibilidades todos remáramos hacia la misma dirección.