—Se pierde el partido por sanción y usted es uno de los indiscutibles en el Rayo.

—Me da mucha pena porque La Romareda es un estadio en el que a todo el mundo le gusta jugar, de los de Primera de toda la vida. Llevaba tiempo apercibido y algún día tenía que tocar. Es un partido importantísimo después de un año complicado en el que hemos podido dar la vuelta a una situación realmente difícil desde que llegó Míchel. Para nosotros es un partido para dejar sentenciado el año y la permanencia.

—El Rayo lleva un punto más que el Zaragoza. Aquí las cuentas pasan por lograr un triunfo más. ¿Son las mismas las suyas?

—Sabemos como son los últimos partidos y no nos fiamos. A lo mejor la puntuación actual ya nos llega, pero queremos ganar en La Romareda y dejarlo sentenciado, sin hacer cuentas. A efectos de tranquilidad y por quedar lo más arriba posible, tenemos que vencer al Zaragoza.

—La historia de Rayo y Zaragoza en este curso es similar. Ambos candidatos al ascenso, con tres entrenadores en el camino y luchando por salvarse.

—Pero nosotros hemos sufrido mucho más que el Zaragoza, que hubo momentos en que se pudo enganchar a la zona de arriba. Hasta estuvimos a cuatro o cinco puntos para salir del descenso, en una situación límite. A priori queríamos luchar por volver a la élite, con una plantilla importante que venía haciéndolo bien en Primera, pero se complicó todo desde el primer momento. Las cosas no salieron y se habló más de problemas, de líos y de cosas extradeportivas que de fútbol. Eso afecta mucho.

—¿Qué cambió Míchel con respecto a Sandoval y Baraja?

—Ha continuado la idea que traíamos de Primera. Este equipo está hecho para jugar al fútbol, da igual la categoría. Los dos anteriores entrenadores tenían una idea diferente y nos costó adaptarnos. El rendimiento no era bueno, el equipo no se encontraba cómodo y solo ganaba a veces por el talento. Con Míchel volvemos a lo que hacíamos los cuatro últimos años, presionando arriba, buscando la posesión, y ha salido el mejor nivel de todos. Dominar los partidos hace que nuestras virtudes salgan más a la luz.

—Como con Láinez, que sea Míchel de la casa le hace tener un terreno ganado al llegar.

—Está claro, ya llegan sabiendo todo lo que hay. Es que además Míchel estuvo jugando con nosotros y en el cuerpo técnico de Paco Jémez. Hicimos varios años un fútbol elogiado por todos y él lo tuvo claro, apostó por continuar eso y el equipo fue para arriba. Hace tres meses nuestra permanencia estaba en manos de otros y ahora, en la nuestra. Por eso en nuestra madurez está la necesidad de cerrarla cuanto antes.

—¿Cómo ve la reacción del Zaragoza con Láinez?

—En los últimos partidos se ha atascado un poco, pero venía de una dinámica buena. Equipos como el Zaragoza están hechos para ser mejores que el rival, no para meterse atrás, ni para aguantar resultados. Se les exige no solo ganar sino ser mejores que el rival en esta Segunda.

—¿Qué les preocupa más del rival? Ángel es la referencia.

—Nos preocupa todo, no solo Ángel. Él mete los goles y está en un buen momento, requiere de una atención especial, pero es un equipo que tiene talento, rapidez y buenos lanzadores como Lanzarote. Si el Rayo muestra su mejor versión tendremos nuestras opciones, pero no será fácil.

—Zapater y Cani tienen con Láinez lo que usted con Míchel. Fueron compañeros, amigos, y ahora es su técnico. ¿Cómo lo vive?

—Por mi parte lo vivo con normalidad. Es un beneficio mutuo. Él sabe lo que puedo ofrecer y yo lo que me va a pedir. Mi mejor rendimiento este año ha sido con Míchel, esa es la mejor prueba.

—Usted ya ha cumplido los 36 y Cani va camino de ello. Son de la misma quinta..

—De Cani poco más puedo decir. Lleva tanto tiempo y con ese nivel que ha dado... Tiene mucho talento y a esta edad depende todo del día a día, de las sensaciones, de estar bien físicamente, de un entrenador que te dé la confianza. No sé su caso, pero mientras se dé todo eso yo voy a seguir. No me retiro aún, he jugado más de 30 partidos esta temporada, me he sentido importante y estos meses están siendo muy buenos. Me veo a buen nivel. Si no lo viera, me echaría a un lado.

—Se formó en el Barça y era la ‘Brujita del Mini’ cuando estaba en el filial hace más de 15 años.

—(Sonríe) Eso me lo puso un periodista, Edu Polo. No era mala comparación porque Verón era de lo mejor del mundo. Yo debuté en el primer equipo en Champions sustituyendo a Luis Enrique, ya ha llovido de eso.

—Después se marchó a la cantera del Real Madrid. ¿Qué supuso ese cambio?

—Fue difícil, porque yo siempre he sido por mis colores y mi pasión más del Barcelona. Quizás me equivoqué. Allí no llegué ni a debutar en el primer equipo. Podía haber ido a otros clubs de Primera en lugar de a esa cantera. No me salió lo esperado.

—Los dos filiales más grandes de España y doce temporadas después entre Primera y Segunda. ¿Cómo juzga su carrera?

—Mirando hacia atrás siempre piensas en lograr más, en decisiones tomadas de otra forma. Pero no me quejo, son más de 600 partidos de profesional, muchos en Primera. Estoy contento, porque contar en el nivel profesional con tantos encuentros es para estar satisfecho.

—¿El curso que viene Rayo y Zaragoza estarán en Segunda?

—Seguro que sí y ojalá estemos luchando los dos por subir. Equipos como el Zaragoza tienen que estar en Primera. Al menos que vuelvan a luchar por el ascenso, como nosotros o el Mallorca. El Zaragoza lleva mucho tiempo intentando volver y ojalá vuelva cuanto antes. Es un grande.