Carlos Mayo llegó a las ocho menos cuarto de la tarde molido a la estación de Delicias y no por las dos carreras que llevaba sobre sus piernas en el Europeo sub-23 y en las que se llevó el oro en los 10.000 metros y el bronce en los 5.000 lisos. El atleta del Adidas llevaba un gran cansancio acumulado de un viaje eterno. En Zaragoza tuvo un recibimiento en familia. No faltaron Pepe Mareca, su entrenador junto a su esposa, Chus Zorraquín, y Nieves, la hermana de Carlos. El equipo español salió en autobús a las cuatro de la mañana de Bidgoszcz y tras tres horas de viaje en autobús llegaron a Varsovia. Allí tomaron un avión que les dejó después de tres horas de vuelo en Barajas. Después Mayo tuvo que esperar hasta las seis y media un AVE que le llevó a Zaragoza.

Pese a la paliza, tenía la satisfacción de llevar dos medallas colgadas al cuello. «Ahora voy en el AVE contestando por whatsapp a toda la gente que me ha felicitado desde mi primera medalla», explicaba Mayo. Ya he terminado un periodo de locos en el que el atleta ha tenido que alternar los exámenes de Medicina con los entrenamientos y los viajes a las competiciones. «Esto último es lo que más cansa. En apenas un mes he tenido que ir a Minsk para disputar la Copa de Europa de 10.000 lisos, a Lille con el Campeonato de Europa de selecciones y ahora a Polonia», explicaba.

El Campeonato de España

Solo le quedan los 5.000 metros del Campeonato de España absoluto. «Ahora a trotar suave, a recuperar y no hacer ninguna locura. Competir con lo que tenga y ya está. Los objetivos están cumplidos está temporada y a disfrutar en Barcelona. Tengo que aprovechar que Toni competirá en los 3.000 obstáculos para conseguir un medalla porque el oro y la plata la lucharán Mechaal y Fifa. Ambos están como motos. Me apetece competir, pero si es una semana más tarde no sé si hubiera llegado», explica Mayo.

Solo le queda el Nacional absoluto para terminar una temporada perfecta para el atleta promesa. Lograr la mínima mundialista de Londres en el 5.000 hubiera sido rizar el rizo. «Me retrasó una lesión en el tobillo izquierdo y el accidente con una botella que me cayó sobre un dedo del pie. Otros años en abril ya estoy haciendo la puesta a punto para competir en mayo. No he podido hacer carreras de mitin más que la de Barcelona. Podría haber estado por debajo de 13.30 en 5.000 lisos», explicó Mayo.

Al final España se llevó ocho metales en Bydgoszcz con el oro del 4x100 femenino, la marcha masculina con Diego García y Mayo en el 10.000 lisos. «He conseguido un logro importante, pero no me considero mejor que nadie y no soy el líder de la selección española», indicó.

El sábado cerró un Europeo espectacular con su bronce en el 5.000 lisos. Se cumplieron los pronósticos de Mayo y ganó la carrera Crippa. «Fue una carrera táctica y se jugó todo al final. Crippa iba sexto a falta de una vuelta y en la recta de llegada se abrió a la calle tres y nos pasó como un avión. Yo hice la vuelta más rápida en una competición con 54 segundos largos. Pero no puedo estar más contento, puesto que estuve competitivo hasta el final. El oro era lo soñado, pero más contento imposible. Hubo muchos cambios de ritmo y eso hizo que las que piernas me flojearan y más después del esfuerzo del 10.000. Hice el papel de enganchar con la cabeza, me eché la carrera a las espaldas y a lo mejor lo pagué un poco», concluye el atleta el aragonés.