Ha decaído un tanto en los últimos años, pero el partido en beneficio a las Peñas, superadas ya las diez ediciones, se puede considerar un clásico de los veranos zaragocistas. Desde luego, pese a que ni en el club ni en el primer equipo atraviesan por un buen momento, la llegada del Real Zaragoza a Brea de Aragón ha despertado una enorme expectación. Ayer se habían vendido 1.200 localidades y se espera, además, la presencia de numerosos niños, que tendrán acceso libre al campo y podrán ver a un bueno número de jugadores de la primera plantilla, trufados esta vez con varios jugadores del filial. Pese a que Paco Herrera no decidirá quién viaja hasta la mañana de hoy, es seguro que dará minutos a quienes no jugaron en Alicante y que Tarsi, Anton y Diego Suárez (los tres futbolistas del filial que andan con un pie en el primer equipo) tendrán otra oportunidad.

El terreno de juego de Piedrabuena tiene un aforo para unas 900 personas sentadas (300 en asientos), por lo que registrará una asistencia histórica al recinto. Estos partidos cuentan con el atractivo de la cercanía con el campo y, por lo tanto, con los futbolistas. Con ellos viajará, por cierto, la plana mayor del club aragonés, a excepción hecha de Agapito Iglesias. En Brea estarán los consejeros Paco Checa y Luis Carlos Cuartero; el director general, Jesús García Pitarch; el secretario técnico, Moisés García León, y el director de comunicación, Jordi Bruixola.

La ilusión ha ido creciendo en los últimos días en Brea, que este año ha recuperado la categoría de Tercera División. Su técnico, Raúl Martínez, dice que intentará poner las cosas "lo más difícil que se pueda" al Zaragoza, aunque cuenta con dos bajas importantes en la delantera, Quique Novella y Carlos Pérez. "A ver hasta dónde podemos competir. Intentaremos presionar un poco su salida de balón y luego que no lleguen demasiado fácil", explica el técnico local, consciente, no obstante, de la superioridad del conjunto de Paco Herrera. "Lo que pretendemos es dar la cara, no llevarnos ninguna goleada y, en definitiva, disfrutar de la fiesta". De eso se trata, de una fiesta, algo poco habitual para la afición zaragocista en las últimas temporadas.