La Copa del Rey había sido un torneo de gran relevancia para el Huesca durante las pasadas campañas. El equipo oscense se había consagrado como un rival habitual para los clubs de Primera División. Algo que no se revalidará este año tras quedar apeados de la competición por el Real Valladolid.

Rubi anunció que iba a dar minutos a aquellos jugadores que no habían contado con un gran protagonismo en los partidos anteriores, algo que quedó patente en el once inicial; solo Luso y Akapo repitieron titularidad con respecto al choque contra Osasuna. El antiguo club de Rubi brindó una gran imagen en la primera mitad, donde el resultado pudo ser más abultado al término de los primeros cuarenta y cinco minutos.

Asier Villalibre fue el primero en disponer de una ocasión de peligro tras no poder concretar un mano a mano con Bardaji. Apenas tres minutos después, Óscar Plano rompió el empate en el marcador tras rematar una jugada elaborada junto a Toni y Villalibre. El atacante vizcaíno fue todo un tormento para la retaguardia oscense por su desequilibrio y movilidad en los metros finales. El Huesca trataba de incomodar la meta de Becerra con latigazos de Camacho, pero fue el Valladolid el que aprovechó un desajuste defensivo para poner tierra de por medio en la elimatoria.

El partido estaba cuesta abajo para el club azulgrana y, por si era poco, Carlos David vio la segunda amarilla y dejó al Huesca con uno menos en el verde. Gallar y Cucho Hernández entraron para tratar de reactivar en ataque a los oscenses, aunque se trató de una labor estéril ante la efectiva labor de repliegue de los pucelanos. Los últimos minutos fueron un querer y no poder del Huesca con los dos equipos con intereses distintos al querer mantener el resultado. El partido concluyó con el conjunto blanquivioleta en la siguiente ronda de la Copa y con un Huesca que deberá centrar sus aspiraciones en la Liga. El próximo encuentro será ante el Sevilla Atlético del extécnico azulgrana Tevenet.