La Sociedad Deportiva Huesca sumó ayer su primera victoria a domicilio ante un Real Valladolid que, de nuevo, dispuso de más ocasiones de gol, pero que se mostró incapaz de materializar su superioridad y que acabó desquiciado al sumar su cuarta derrota consecutiva.

El conjunto oscense salió más centrado y con más intensidad que el Valladolid y los primeros quince minutos controló el balón para asediar el área blanquivioleta, en el que la defensa mostró lagunas, aunque los de Anquela no fueron capaces de hilar jugadas certeras ni de crear peligro. De manera paulatina el Real Valladolid fue entrando en el partido y controlando más el centro del terreno de juego.

El Valladolid regresó al campo tras el descanso con el único objetivo de marcar gol y no tardó ya que, tras un córner en el 51, De Tomás, con un buen control de balón, se dio la vuelta para superar por bajo a Herrera. Ese gol debía haber quitado presión al Real Valladolid para jugar con más comodidad, pero fue el Huesca el que reaccionó con rapidez para, en el minuto 65, aprovechar un fallo garrafal de la defensa local, que dejó solo a Camacho para que rematara de cabeza, a placer, tras la asistencia de Brezancic.

El empate dio alas a los oscenses, que no dudaron en seguir inquietando a los defensores locales, con un disparo de cabeza de Iñaki López que salió desviado. Cuatro minutos después, en el 75, el colegiado señaló un penalti por un claro agarrón dentro del área de Guitián a Borja Lázaro. Samu Saiz se encargó de lanzar la pena máxima, que resolvió con solvencia, para subir el segundo tanto del Huesca al marcador. No hubo tiempo para mucho más. El Valladolid lo intentó hasta el final, pero ni Ángel, quien lanzó muy flojo y fuera de la portería visitante, ni Villar, que disparó a la desesperada, pudieron evitar una nueva derrota de su equipo, que acabó con Mata, en el banquillo, con tarjeta roja, y con Becerra, con amarilla, tras dirigirse al colegiado al finalizar el encuentro. De esta manera, el Huesca se aleja de la zona de peligro.