El Huesca visita hoy La Romareda (18.00) en busca de un milagro y para enfrentarse al ya descendido Zaragoza B en un partido agónico para sus intereses en el que los oscenses no dependen de sus propias fuerzas para permanecer en Segunda B, ya que al margen de su resultado deberán observar lo que hacen Reus y Logroñés para saber qué necesita para evitar el descenso directo.

Entre riojanos, reusenses y oscenses está en juego la permanencia, el disputar la eliminatoria por la permanencia y la última posición de descenso directo, una terna en la que incluso podría meterse el histórico Sabadell, que debe ganar y esperar que los otros tres equipos empaten o pierdan.

EL PROBLEMA El principal problema de los oscenses es que necesitan sumar un punto más que reusenses y riojanos e incluso vallesanos para superarles en la clasificación al tener perdido el factor goles con todos ellos. Curiosamente el conjunto que dirige Miguel Sola incluso podría alcanzar la permanencia con un empate ante el filial zaragocista, pero para ello necesita que sus dos rivales pierdan, aunque el triunfo le enviará a la Tercera división en el caso de que el Logroñés y el Reus ganen en sus respectivos enfrentamientos ante el colista Peralta y el Osasuna B.

Por su parte en el filial zaragocista saben que su actuación será observada con lupa porque no se juegan nada y la próxima temporada estarán en Tercera. Los zaragozanos, para evitar cualquier tipo de suspicacia, aseguran que saldrán a ganar con lo que lograrían su mejor racha --tres victorias consecutivas-- de una pésima temporada que los ha devuelto a Tercera diez años después.