El refugio de Góriz es uno de los símbolos del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Enclavado al sur del macizo calcáreo más alto de Europa, se encuentra a 2.200 metros a la sombra del Monte Perdido, el Soum de Ramond y el Cilindro. En el año que se cumple el centenario del Parque Nacional, es el más veterano de la red de refugios aragoneses solo por detrás de La Renclusa, que se inauguró en 1910. Por su parte, Góriz se terminó de construir en 1963 y ahora mismo es el único de todo el Pirineo que sigue casi como cuando se inauguró.

Las obras de la remodelación comenzaron hace diez años. Primero se terminó el Punto Limpio y falta un empujón para que se acabe la ampliación y empezar a acometer las obras en la parte vieja del edificio. Todo el montañismo aragonés espera como agua de mayo que se acaben estas eternas obras con las ayudas que aporten los patrocinadores que apoyan el centenario de Ordesa y Monte Perdido. El vetusto edificio depende de la financiación para poder continuar sus obras.

Sergio Rivas, el responsable de refugios de la Federación Aragonesa (FAM), explica que «hemos conseguido modernizar toda la red de senderos de Aragón, pero queda pendiente el de Góriz. Todos los montañeros tenemos muchas ganas de poder acabar y es urgente terminar las obras. Es una cuenta pendiente y nos queda por modernizar el más utilizado de todo el Pirineo», indica Sergio Rivas.

Es el refugio aragonés con mayor número de pernoctas al año con un total de 10.000 en el 2017. Se encuentra en un punto estratégico para realizar senderismo, en el G.R-11, a mitad de camino de Bujaruelo, Ordesa, Añisclo, Pineta y Gavarnie y un punto ideal para realizar los ascensos de los tresmiles de la zona.

Las primeras obras que se finalizaron fueron las del Punto Limpio, debajo del refugio viejo. Es un edificio de servicios pequeñito, equipado con grupos electrógenos y un sitio destinado a basuras. Después se empezó a excavar la parte nueva junto al edificio viejo. «Aquí se han construido las nuevas cocinas, una pequeña parte del comedor y la mitad de las plazas para los montañeros. Serán 40 de las 80 plazas que tendrá el refugio acabado. También cuenta con almacenes, el cuarto de los guardas, las instalaciones de agua y la calefacción», afirma Sergio Rivas.

Una vez que se termine con la ampliación, se comenzará a trabajar en el edificio viejo. «En su día el edificio contaba con 100 plazas. Ahora tiene nada más entrar un guarda botas y guarda esquís, las taquillas, el comedor, la cocina libre y en la parte superior las literas y las habitaciones de los guardas. En verano algunos trabajadores tienen que dormir en tiendas de campaña y los baños se encuentran en el exterior», afirma Rivas.

Las obras de Góriz han contado siempre con la financiación institucional del Gobierno de Aragón y la Diputación Provincial de Huesca. Ahora se espera que el empujón del centenario acelere la eterna remodelación de Góriz. A finales de año se firmó un convenio entre el Ministerio de Hacienda y el de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente. Estos han creado una comisión interadministrativa que gestionará la captación de fondos y el trámite de las empresas que van a participar en la financiación del centenario. Las empresas tendrán una desgravación fiscal importante y la inversión publicitaria la realizarán como una donación. «De momento es una incógnita cómo va evolucionar. Pero es una baza a favor. Todavía no se sabe con qué empresas se va a contar. Después de ver el dinero recaudado, lo repartirán en las diferentes actuaciones. Y que una parte importante vaya destinado a las obras de un refugio tan histórico», concluye Sergio Rivas.