Los partidos que nos quedan son finales y tenemos que tratarlos así. Hay que intentar salir de esta final ganando para poder entrar en otra", afirmó ayer Ranko Popovic ante el partido de esta noche contra el Mirandés. Además, el técnico serbio añadió: "Es un partido importantísimo para nosotros y que llega en unas circunstancias un poco distintas, pero contra un rival parecido al Girona, que es intenso y que también juega distinto. De todos modos, confiamos en nuestras posibilidades y además jugamos en casa".

Popovic aseguró que, pese a enfrentarse a un rival que no se juega nada, no podrán salir relajados. "Sabiendo como estamos y donde estamos, si damos sensación de relajación nos tienen que matar a todos. En una semana con tres partidos y con una plantilla corta no podemos relajarnos ni debajo de la ducha".

Y advirtió de que el Mirandés puede ser todavía un rival más peligroso por no necesitar los puntos. "No veo a ningún equipo que vaya a venir para dejarte ganar. El Mirandés es un rival peligroso, porque está relajado y no tiene ningún tipo de presión. A veces los chicos juegan mucho mejor en estas situaciones que cuando están apretados. Nosotros estamos en condiciones de jugar bien y los chicos están confiados. Yo tengo plena confianza en mis chavales para ganar y hacer un buen partido", comentó.

"En la Romareda y en cualquier otro campo nosotros queremos imponer nuestro estilo", afirmó Popovic, que no quiso escudarse en las bajas para hacer el encuentro más complicado. "Las bajas son importantes, porque faltan chicos que llevan más minutos y que tienen una confianza diferente. Tendré que hacer algunos cambios, pero mañana (por hoy) vamos a sacar un equipo bonito para que pueda competir. Espero que ese equipo esté en condiciones de ofrecer un buen fútbol y ganar", dijo. No obstante, Ranko Popovic admitió: "Vamos a intentar llevar la iniciativa desde el principio y jugar al fútbol si nos dejan, pero lo más importante es ganar".