El Balonmano Dominicos comienza su séptimo año de singladura en la Primera esta tarde a partir de las 18.00 horas en el Salduba frente al Beti Onak. Contará con un líder, uno de los mejores jugadores de Aragón. Es Javier Ariño. El zaragozano será el centro de gravedad del equipo colegial en una temporada en la que Dominicos no se pone límites.

Ariño siempre fue una de las grandes promesas del balonmano aragonés. Formado en el colegio de Corazonistas desde los siete años, en la categoría juvenil pasó al Balonmano Aragón. Jugaba con descaro de central y extremo izquierdo. Después llegó su periplo en la Liga Asobal. Estuvo cinco años en los momentos declinantes del Balonmano Aragón y fue testigo de la defunción del conjunto aragonés. El año pasado estuvo en el Balonmano Huesca y fue uno de los pilares del conjunto de José Antonio Nolasco, siendo el tercer jugador que más minutos disputó en el equipo.

Pero también el año pasado decidió dar un giro a su vida. Con tan solo 23 años abandonó el balonmano de élite para dedicarse en cuerpo y alma a la carrera de Medicina. «No tenía claro dónde jugar, pero no me quería ir fuera de Zaragoza. En Dominicos conocía a José Mari Martínez, Dani Sanjuán, Daniel Galiana y han fichado a Miguel Arnillas. También es buen amigo Álex Egea, el segundo entrenador. Además me pillaba más cerca de casa que Maristas. Estonces decidí fichar por el equipo colegial. Me dan facilidades para faltar a entrenamientos si tengo exámenes. Aunque el compromiso con el equipo es de sí o sí. Eso no lo podía hacer jugando en la Asobal», reconoce.

Ariño comienza este año cuarto de Medicina. El curso pasado se desplazaba todos los días desde Zaragoza hasta Huesca a entrenarse junto a Jorge Gómez, Alberto Val y Quique Camas. «Al final no llegaba a todo y me daba unas panzadas por la noche estudiando. No podía dar el cien por cien en el Huesca. Lo difícil para mí no era llegar a la élite, sino estabilizarme. Si hubiera tenido un equipo en Zaragoza hubiera forzado para seguir en el balonmano», dice Ariño.

El aragonés iba para figura. Llegó a disputar en la categoría júnior el Europeo en Austria donde España se llevó el bronce y fue séptima en el Mundial de Brasil. El aragonés tiene grandes recuerdos de su paso por la Asobal. «Las metas que me puse se han cumplido. Veía la Asobal bastante lejos y jugué en mi casa, por lo que no me puedo quejar. Pero me hubiera gustado jugar fuera de España», afirma. También tiene un recuerdo para sus entrenadores. «Mariano Ortega y José Francisco Nolasco me enseñaron bastantes cosas positivas. Para jugar de extremo jugué bastantes minutos en el Huesca. Este año los veo bastante bien. Ganaron al Bidasoa e hicieron un buen partido frente al Barcelona», explica.

Esta tarde debuta con su nuevo equipo frente al Beti Onak mientras el Maristas, que también juega en el grupo con equipos vascos juega en su casa frente al Barakaldo (18.30 horas). «El objetivo es terminar por la mitad de la tabla y ganar los partidos de casa. Lo importante es que se note el trabajo, que venga mucha gente al pabellón y que nos vean los chavales de la cantera. Eso es bueno para el balonmano aragonés. Si defendemos bien, el equipo tirará en ataque. Tenemos gente rápida y hábil», afirma. El zaragozano jugará de central. «Cuatro o cinco jugadores marcaremos el nivel del equipo. Miguel Arnillas también jugó en la Asobal. Pero aquí estamos para competir y para divertirnos», concluye.