Desde la espectacular irrupción en el circuito de Sergio García (hablamos del año 1999), el golf español no vivía un momento tan ilusionante como el que está generando la llegada de Jon Rahm (Barrika, 1994). Es una corriente de optimismo que se explica por el talento, la fuerza mental y la valentía del golfista vasco de 22 años y también por su gran temporada, la primera como profesional, en la que se ha alzado ya con un título (el Farmers Open en Torrey Pines) y ha firmado tres top 5 en siete torneos.

El boom de Rahm, que ha escalado al puesto 12º del ranking mundial en pocos meses, empieza a entenderse como un fenómeno global, después de su inolvidable mano a mano con el número uno, Dustin Johnson, en la final del Mundial Match Play de hace 15 días, y que ha adornado este fin de semana con otro puesto en el Top 10 en Houston.

Consejos de Olazábal

Así que no sorprende que la candidatura de Rahm sea una de las que corren de boca en boca para dominar el Masters de Augusta, la primera cita del Grand Slam, que se disputará desde hoy hasta el domingo en uno de los clubs más excepcionales del mundo, donde defenderá título el inglés Danny Willet, desaparecido tras su victoria del pasado año, y donde el jugador vasco coincidirá con el propio García, con Rafa Cabrera Bello y con el dos veces ganador Chema Olazábal.

«Espero hablar con Chema o salir a entrenar algunos hoyos con él para que me dé toda la información que pueda. No creo que haya nadie que conozca mejor el campo», desveló Rahm, que hace un mes estuvo en Augusta para conocer el campo y cree que es un recorrido «que se adapta perfectamente» a su juego.

«Va a ser divertido. Me gusta jugar en lugares así, con greens tan complicados. Saca mi parte creativa», dijo, para añadir: «Si no pensara que puedo ganar, no estaría aquí. Cada vez que me pongo en el tee de salida, esa es mi mentalidad».

Rahm se confesó impresionado por Magnolia Lane, la gran avenida que conduce a la casa club, por la dificultad de los greens y tuvo un comentario para el fallecido Severiano Ballesteros, cuando le recordaron que el domingo sería su cumpleaños. «Seve es una referencia y un nombre importante para mí», dijo. «Espero que si llego al domingo con opciones me inspire».

Las casas de apuestas sitúan a Jon Rahm detrás de los grandes nombres de referencia: Jordan Spieth, Rory McIlroy, Jason Day, Hideki Matsuyama, Phil Mickelson y, sobre todo, Dustin Johnson, ganador de los dos campeonatos mundiales disputados este año, cuya confianza se encuentra en el punto más alto para asaltar su segundo título del Grand Slam, después de imponerse en el Abierto de EEUU el pasado mes de junio.

El joven jugador vasco, ganador dos años consecutivos (2015 y 2016) del trofeo Ben Hogan al jugador universitario más destacado de EEUU, emerge en realidad como la opción más realista de que un debutante pueda conquistar el título desde que lo lograra Fuzzy Zoeller en 1979. Una gesta que solo han conseguido otros dos jugadores en toda la historia: Horton Smith y Gene Sarazen. Rahm está dejando el pabellón muy alto y ahora llega una oportunidad única de dar un golpe sobre la mesa. No será fácil, pero ahí esta su candidatura.