--Afrontan la visita del Real Zaragoza después de tres jornadas sin ganar. ¿Es solo cuestión de resultados o también de rendimiento del equipo?

--De esos tres partidos yo solo estoy profundamente dolido con el de Valladolid (2-0), donde el equipo no compitió y no estuvo a su verdadero nivel, pero en los otros dos estuvo mejor y merecimos más. El fútbol tiene estos accidentes o golpes de fortuna. Frente al Leganés (2-3) teníamos el partido prácticamente ganado en el minuto 80, con uno más, pero una jugada aislada te cambia el rumbo del encuentro y pierdes hasta de una forma cruel, mientras que en Alcorcón (3-3), un campo difícil, arañas un punto cuando ibas ganando en el minuto 85. En el tramo final de los partidos estamos teniendo alguna dificultad y, más que de juego, son problemas a nivel de contundencia. Hemos pasado de ser un equipo que encajaba poco a ser el quinto más goleado y eso no es sostenible pese a nuestra pegada.

--Eso quizás demuestra que la Segunda División es una categoría muy igualada.

--Totalmente. Ese es el rasgo que más define lo que es esta categoría, la igualdad. Cualquiera te puede ganar y al revés. Hay muy pocas diferencias y por pequeños detalles se logran victorias. Es una categoría mucho de inercias, de rachas, de dinámicas, tanto positivas como negativas. Además este año está especialmente igualada porque no hay ningún equipo que destaque.

--¿En Córdoba también se nota mucho la presión por subir?

--Todos los equipos tienen su presión y sus objetivos. En ese sentido el Córdoba, que viene de Primera División, no es una excepción, pero, tras haber estado muchos años en una especie de desierto, quizás no tenga la presión de otros equipos que llevaban más tiempo en Primera. El Zaragoza no tuvo esa presión la temporada pasada, porque, aunque sea un club de gran prestigio, todo el mundo vio que de no haber llegado gente nueva a hacerse cargo del club casi hubiera desaparecido. Por eso casi todo lo que se hizo se vio bien. En cambio, este año yo dije que era uno de los máximos favoritos al ascenso, pero que eso también le iba a generar una presión añadida y que la afición ya no se iba a conformar sin buscar el ascenso. Nosotros también tenemos esa presión.

--¿Le ha sorprendido entonces que el Zaragoza no se encuentre ahora más arriba en la tabla?

--Me sorprende porque ya dije que era uno de los claros favoritos a estar arriba, pero también lo dije del Almería. En esta categoría ya no me sorprende nada por la igualdad que existe. Por eso me sorprende relativamente. Además pienso que el Zaragoza está todavía a tiempo de todo tras haber remodelado la plantilla y haber cambiado de entrenador. Tiempo y margen tiene para luchar por lo que al principio estaba previsto. Ahora mismo no apostaría por ningún equipo de la categoría porque está todo muy igualado y muy difícil.

--¿Y qué Córdoba se va a encontrar el Real Zaragoza?

--A mí me gustaría que se viera un Córdoba valiente, atrevido y descarado, que fuera a por la victoria desde el principio como hemos hecho siempre, con el apoyo de nuestra afición y con muchas ganas de volver a la senda de las victorias, pero el Zaragoza también viene con urgencias, con necesidad, como nosotros. Por eso veremos quién es capaz de imponer su estilo y llevarse el gato al agua en un partido muy atractivo.

--Aún queda mucho por delante, pero partidos de este tipo ya parecen importantes para el futuro de los equipos.

--No son determinantes, pero en nuestro caso, de ganar, dejaríamos a lo que pensamos que es un rival directo a nueve puntos, junto con el average, mientras que el Zaragoza, si gana, se colocaría a tres puntos de nosotros. El partido ya empieza a tener algo más de valor, pero, como siempre digo, la Liga son 42 finales y nos quedan varias. La primera es el domingo, es un partido importante, porque nos enfrentamos dos equipos confeccionados para estar arriba y que ahora mismo los dos tenemos tenemos urgencias y necesidad. Es un partido que cada vez cobra un poco más de trascendencia, pero sin ser definitivo.

--En Zaragoza, desde el club, se han empezado a decir que más que en el ascenso directo se debe pensar en la promoción. ¿Le parece que es una valoración realista o que se pretende quitar presión al equipo?

--No lo sé, pero tiempo tiene para luchar absolutamente por todo. Hay que ir partido a partido y la competición te pone al final donde mereces. Nosotros hemos estado 15 jornadas en puestos de ascenso directo y ahora no firmamos otra cosa que no sea luchar por eso, pero de aquí a cinco jornadas, según los resultados, quizás nos tengamos que conformar con jugar la promoción. Dependerá de lo que seamos capaces de hacer nosotros, lo mismo que el Zaragoza y que los otros equipos que están arriba.

--¿Para usted supone una dificultad añadida a la hora de preparar el partido que se vayan a encontrar con un Zaragoza muy cambiado por los refuerzos?

--Cambia mucho con respecto a la primera vuelta, también por el entrenador, que le ha dado otro estilo, pero la dificultad es relativa, porque, a parte de ver los últimos partidos del Zaragoza, aquí se trata del rendimiento de los futbolistas en el césped. Conocer todo del rival no te garantiza absolutamente nada y cuando lo desconoce tampoco. Lo que hay que saber es el estilo del rival. Más o menos conocemos lo que puede hacer el Zaragoza y ahora tendremos que intentar imponer nuestro estilo haga el planteamiento que haga. La verdad es que ellos tenían y han incorporado buenos jugadores.