Misión cumplida. Juan Carlos Ferrero ya es el sexto tenista español en la lista de ganadores de Roland Garros. Desde ayer su nombre figura en el palmarés del torneo junto a los de Manuel Santana, Andrés Gimeno, Sergi Bruguera, Carlos Moyá y Albert Costa. En dos horas y ocho minutos certificó una victoria que perseguía desde muy joven. Ayer, a la cuarta ocasión, pudo levantar feliz la Copa de los Mosqueteros desde el centro de la pista, flanqueado por su rival, el holandés Martin Verkerk, al que venció de forma arrolladora por 6-1, 6-3 y 6-2; por el presidente de la federación francesa, Christian Bimes, y por el extenista Yannich Noah, el último francés que tuvo el honor de levantar este trofeo en 1983.

Su victoria fue sin sufrimientos, a lo grande, como estaba convencido de conseguir algún día. En la pista no tuvo rival, aunque el extraordinario torneo que había realizado Verkerk podía hacerle dudar. No quería ser el favorito por el recuerdo de la final perdida el año anterior contra Albert Costa. Pero, ayer, al otro lado de la red, no encontró rival. El gigante holandés, de 1,98 metros de altura y 89 kilos de peso, que había asustado a todos sus rivales hasta llegar a la final, se hizo ayer muy pequeño a la vista de los 15.000 espectadores que llenaron la pista Philippe Chatrier, un año más.

Ferrero acabó con él sin contemplaciones y dejando escapar sólo seis juegos. Una proeza que habría que remontarse hasta 1978 para encontrar otro triunfo más contundente y protagonizado por un tal Bjorn Borg, seis veces campeón de Roland Garros, que destrozó ese año a Guillermo Vilas (6-1, 6-1, 6-3).

EL MEJOR DEL MUNDO Ferrero confirmó que es el mejor jugador del mundo sobre tierra en estos momentos. Ayer ganó su primer Roland Garros e insistió que su gran objetivo esta temporada es ser el número 1, el mejor del mundo. No sólo sobre tierra, donde ha ganado 29 de 31 partidos este año, sino en cualquier superficie. Lleyton Hewitt está sólo a 375 puntos y Andre Agassi a 140 en la lucha por el primer puesto mundial. Ferrero sigue tercero pero, como advirtió, "ahora a Hewitt le toca defender el título de Wimbledon y Agassi no creo que dure mucho más". El mosquito sí encabeza la Carrera de Campeones de la temporada.

El español se siente capaz de todo. Incluso de ganar Wimbledon. "¿Por qué no?", bromeó eufórico. De momento en el torneo inglés tendrá la primera oportunidad de ser número 1. Una sensación que no será muy diferente a la que tuvo ayer en París al ganar su primer título de Grand Slam. "Esta victoria es un poco una liberación, el pequeño saltito que me faltaba", aseguró el tenista que empezaba a tener sobre él la presión de haber perdido dos finales decisivas el año pasado en Roland Garros y en el Masters de Shanghai.

LA EMOCION "Sabía que a pesar de perder esas finales era un gran jugador y que llegaría un triunfo así", dijo orgulloso. Por eso cuando ayer dio el último passing shot del partido, el golpe que le suponía la victoria, Ferrero se dejó caer de rodillas sobre la tierra, feliz. "Emocionado" por una victoria muy especial para él. Un triunfo que confirma sus aspiraciones de "ser uno de los mejores del mundo y poder estar ahí arriba todo el tiempo que pueda".

Ayer ante Verkerk demostró que ha alcanzado la madurez necesaria para afrontar el reto. Al holandés no le dejó ni una opción de seguir en la nube a la que se había subido estas dos semanas. De golpe, con contundencia y sin compasión puso fin a las pocas ilusiones que podía tener en ser el primer tenista holandés de la historia que ganaba Roland Garros. Ese triunfo estaba reservado ayer a Ferrero. El valenciano no estaba dispuesto a perder su segunda oportunidad por mucho que su rival sacara a más de 200 kms/h de media. Eso no era suficiente para evitar que ganara la copa. "Ya la tengo, ya es mía y nadie me la va a quitar", decía feliz.

DERROTA DE RUANO La apoteosis española no pudo ser completa. Vivi Ruano no pudo agarrar el título del dobles femeninos. Perdió en la final con Paola Suárez ante el dúo formado por Clijsters y Sugiyama (7-6, 2-6 y 7-9). La pareja hispano-argentina, número uno del cuadro, no pudo vencer en su cuarta final seguida en Roland Garros. Con este triunfo, Clijsters, que celebraba ayer su 20 cumpleaños, se resarce de su derrota frente a Henin en individuales.