El juez que investiga la brutal agresión que sufrió el atleta andorrano Iván Ramírez en Ejea de los Caballeros ha imputado (actualmente, investigado) a un primo del presunto agresor, Iván K. S., que fue encarcelado la semana pasada tras entregarse en el cuartel de la Guardia Civil. El primo, del que no han trascendido más datos, prestó declaración anteayer ante el instructor y quedó en libertad con los mismos cargos que su pariente, de lesiones graves.

Esta calificación podría variar en función del estado de Ramírez, que permanece en coma inducido en la unidad de cuidados intensivos del hospital Clínico de Zaragoza.

El segundo investigado de este caso fue también defendido por el letrado del búlgaro Iván K. S., Antonio Vargas. Este se amparó en el secreto profesional para, al igual que con el presunto autor material, no revelar nada de su declaración. A grandes rasgos, apuntó, su testimonio corroboró el de su primo, como testigo presencial. Es decir, explicó que no hubo ningún tipo de emboscada ni premeditación en el ataque, sino que fue fruto de un desafortunado giro de los acontecimientos.

Con esta nueva imputación, lo poco que se va sabiendo de la agresión cambia sustancialmente. Porque ya no son dos, sino tres las personas con las que Ramírez se encontró cuando fue a Ejea el pasado sábado, 8 de octubre. Teóricamente iba a ver a su prima menor de edad, pero allí estaban también el novio de esta, Iván K. S. y el primo de este, del que no han trascendido ni iniciales.

Por alguna razón -siguiendo lo poco que se conoce del testimonio del búlgaro-, estalló una discusión que acabó en pelea, y Ramírez quedó malherido, con la cabeza destrozada, junto a su coche. Los tres que estaban con él huyeron del lugar, y el supuesto autor material de la agresión acabó por entregarse, seis días después a la autoridad. La madre de Iván K. S. explicó la semana pasada a este diario, tras conocerse que su hijo se había entregado, que fue una pelea en la que Ramírez cayó al suelo y se golpeó. Lo que nadie ha justificado hasta el momento es por qué le dejaron allí malherido, de ser cierta su versión.

GRAVE

Mientras, el atleta andorrano, reconocido ultrafondista en el circuito aragonés, continúa aferrándose a la vida en el hospital. Su madre, a la que se suponía que tenía que haber recogido en Erla tras quedar con su prima, le vela junto a sus familiares.

Según informó el Tribunal Superior de Justicia de Aragón la semana pasada, el juez, en tanto no pueda tomar declaración a Ramírez, le ha ofrecido personarse en la causa como perjudicada, pero aún no se conoce si ha aceptado. Mientras, la Guardia Civil continúa investigando el suceso, bajo la dirección del juez instructor, para esclarecer cómo sucedió la agresión y qué circunstancias motivaron la brutal paliza al atleta.