Conforme transcurren los días que pasan al lado de Víctor Muñoz, los futbolistas lo van conociendo, constatan su capacidad infinita de trabajo, su lógica aplastante y comprueban cómo el premio a esa dedicación comienza a llegar en forma de mejores resultados. De modo paralelo, esos mismos jugadores están adquiriendo una fe en el método creciente, que inmediatamente repercute en su autoestima y en la seguridad de que este camino puede llevar a algún sitio.

Hoy lo recalca en una entrevista en este diario Montañés. "Estamos convencidos de que ascenderemos si jugamos la promoción", dice el mismo protagonista que, con Víctor recién aterrizado, se atrevió a afirmar que el Real Zaragoza iba a perder muy pocos partidos en adelante, con las críticas consiguientes por semejante acto de valentía, entendido entonces como una temeridad terrible.

El equipo ha mejorado sus resultados con Muñoz y se ha acercado a la zona de playoff. Su juego, aunque más consistente y práctico, que en eso está el quid de la cuestión, continúa siendo igual de malo. Pero lo que hace un mes parecía una lejana utopía, hoy es ya simplemente un reto difícil, aunque al alcance. Ya da igual cómo juegue el Zaragoza de aquí al final de esta Liga tortuosa. Vale jugar mal, jugar mal y jugar mal, pero volver a ganar.