Hay algunos entrenadores que se molestan con una costumbre de Jürgen Klopp. Al técnico alemán le gusta presenciar los calentamientos sobre el campo. Klopp pisa el césped, se planta en el círculo central y durante algunos minutos fija su mirada sobre las prácticas del rival. Hay quien lo considera un intento de intimidación y quien cree que es un ritual innecesario o incluso molesto.

Klopp es extremadamente pasional y quizás sus ritos deben entenderse por ahí. Sale media hora antes porque le gusta ver, brinca en el área técnica porque disfruta celebrando y se comporta a veces como un excéntrico porque a veces la locura se apodera de él. Klopp y su heavy metal football llegan por segunda vez al partido más importante de Europa.

En la tienda oficial del Liverpool se venden camisetas con el lema The Normal One. Cuando Klopp llegó a Anfield quisieron buscarle un apodo especial, como el que representó a José Mourinho al llegar a Inglaterra. Se desmarcó: «Soy un tipo normal. Vengo de la Selva Negra en Alemania». Nos engañó porque es un entrenador extraordinario. Engañó también al director de su escuela, que cuando Klopp acabó las clases no tenía ninguna fe en su devenir: «Espero que hagas algo en el fútbol, porque sino, no tengo las mejores sensaciones para tu futuro».

La que más impacta de Klopp es su confianza. Incluso en las horas previas a una final en la que no parten como favoritos. Su Borussia Dortmund perdió la Champions a manos del Bayern en el 2013. Tres años más tarde perdió la Europea League contra el Sevilla. «Es completamente distinto a las otras finales. No sé si será suficiente, porque nos enfrentamos al Madrid».

En una charla con una leyenda red, Fowler, Klopp y él discutieron en el Mirror sobre la mejor manera de frenar a los blancos. Fowler señaló que la debilidad es Marcelo, cuando suba, porque dejará ese espacio para las intervenciones de Salah. El entrenador del Liverpool respondió «me gusta la idea de un caos organizado, asumiendo que la parte de organización la imponga nuestro equipo y la del caos, el equipo contrario», dijo.