Kenia podría renunciar a enviar deportistas a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, del 5 al 21 de agosto, si la epidemia del virus del zika se agrava en Brasil. Eso es lo que se desprende de las palabras del director del Comité Olímpico del país africano, el campeón de 1.500 metros en México 1968, Kipchoge Keino. Más tarde, desde el propio organismo, intentaron matizar esas declaraciones asegurando que aún faltan casi seis meses y que dependerá de la virulencia de la epidemia.

De todas maneras, son varios los países que ya se han planteado la conveniencia o no de acudir a la gran citra cuatrienal del deporte. Algunos de ellos, como Australia, Gran Bretaña y Nueva Zelanda, han dado libertad a los deportistas para decidir si quieren arriesgarse a viajar o no. El remero británico Andrew Triggs ya ha dicho que su mujer Eeke no lo acompañará por miedo a la epidemia. Estados Unidos, por su parte, ha admitido que son varias las federaciones que se están planteando no enviar deportistas a Brasil.

"Si el virus zika es grave, no asistiremos a los Juegos. No vamos a exponer a nuestros jóvenes", aseguró Keino en declaraciones a la prensa keniana. "Vamos a esperar hasta el último minuto. Confíamos en los consejos de las autoridades sanitarias de Brasil para tomar una decisión informada", añadió.

Kenia no está dispuesto a exponer a sus deportistas, aunque la decisión no está tomada. Tras las palabras de Keino, el jefe de misión del equipo, Stephen Soi, abundó en la necesidad de esperar antes de resolver nada. "Es demasiado pronto para decidirlo, porque no sabemos cómo evolucionará la epidemia a seis meses vista", aseguró Soi.

El atletismo keniano afronta también otro gran problema es las sospechas de dopaje generalizado de sus corredores de media y larga distancia, dominantes en el mundo. Más de 40 atletas han sido sorprendidos con casos positivos de dopaje en los últimos años, incluidos algunos de tanto renombre como Rita Jeptoo, ganadora de los maratones de Boston y Chicago.